21/06/2025
El cerumen de los oídos podría ser un futuro sistema de detección del párkinson, sencillo y económico, según un estudio de investigadores chinos que han desarrollado un sistema que detecta la enfermedad a partir del olor de la cera de la oreja mediante inteligencia artificial.
La intervención temprana para esta enfermedad neurológica degenerativa es fundamental para optimizar la atención, ya que la mayoría de los tratamientos sólo ralentizan su progresión, por lo que se requiere un diagnóstico precoz, pero las pruebas actuales, como las escalas de valoración clínica y las imágenes neuronales, pueden ser subjetivas y costosas.
Investigaciones previas han demostrado que los cambios en la cera, una sustancia aceitosa secretada por la piel, podrían ayudar a identificar a las personas con párkinson. En concreto, el de las personas con la enfermedad puede tener un olor característico porque los compuestos orgánicos volátiles (COV) liberados por el cerumen se ven alterados por la progresión de la enfermedad, incluyendo la neurodegeneración, la inflamación sistémica y el estrés oxidativo.
Cuando el sebo de la piel se expone a factores ambientales como la contaminación atmosférica y la humedad, su composición puede alterarse, lo que lo convierte en un medio de prueba poco fiable, sin embargo, la piel del interior del conducto auditivo externo se mantiene alejada de los elementos. Por ello, los investigadores Hao D**g, de la Facultad de Ingeniería de Automatización, Universidad de Aeronáutica y Astronáutica de Nanjing, y Danhua Zhu, Universidad de Zhejiang, y sus colegas quisieron centrar sus esfuerzos de detección del Parkinson en la cera de los oídos, que se compone principalmente de sebo y es fácil de muestrear.