19/02/2024
Me peleaba porque alguien me rozo o sin querer derramo mí trago. Me peleaba porque estaba todo mal con San Telmo, La Boca, Conti y con cualquiera que tenga que estar todo mal. En provincia somos forasteros pero igual peleamos, porque a eso vamos. La 21 Manda…
Nos preparábamos para ir a pelear. Pensábamos que íbamos a conquistar alguna chica, a tirar facha o al menos eso simulábamos, "No creo que nos pusiéramos bonitos simplemente para emborracharnos y pelear". (También no preparábamos para tomar merca y fumar base, pero sigamos hablando de la etapa de golpes, después llegaran las salidas a drogarse)
Yo trabajaba porque robar no era lo mío (lo comprobé). Llegaba el día de cobro y rápido iba a compararme ropa y zapatillas de moda en algún Shopping o alguna de las avenidas de Outtlet como Av. Córdoba o a veces Munro Provincia de Buenos Aires. Me gustaba "vestirme bien" tener ropa de moda para impresionar, ropa cara y de marca. Los viernes eran de Constitución, al principio íbamos a Samber que luego desapareció y se impuso Radio Estudio y los sábados a Cachaca. (Samber fue el primer boliche que pise en Conti a los 14 años, lo quería nombrar simplemente porque siempre recuerdo ese primer día de baile).
En la mayoría, sino fueron casi todos los boliche me peleé, nos peleamos, pegamos, cobramos. Los más jóvenes escuchaban nuestras anécdotas de pelea al día siguiente. Como jóvenes que esperaban con ansias su debut.
Me pegaron entre muchos muchas veces y yo también pegue entre muchos otras veces. Cuando estas en el ojo de la violencia no tenés conciencia.
No solo íbamos a Constitución, solo que Constitución solíamos ser locales.
Una vez de un boliche de Flores la policía nos disparó mientras salíamos corriendo. Habíamos tenido problema con los patovicas, nos enteramos que los patovicas de ese boliche eran policías un poco tarde. En otra zona de Provincia de Bs As, en otro boliche también cobramos bastante bien, todavía puedo recordar el ruido que hacen las patadas que van al rostro descubierto. Es mucha la angustia de escuchar como golpean a tu amigo mientras también te golpean a vos, es muy angustiante no saber cuándo van a parar. Muchas historias de golpizas recibidas y dadas desde antes de nosotros y seguramente actualmente después de nosotros. Íbamos e iba a eso, a emborracharme y pelearme.
Cobre muchas veces, tengo cicatrices en mi piel de aquellos tiempos. Para nada quiero decir que me la aguantaba o quiero dejar estas anécdotas como proeza. Lo que quiero decir es que era un Tremendo Gil. Algunos de mis amigos tienen peores cicatrices de aquellas batallas. Nosotros nos criamos con eso, bueno se podría decir que yo me crié con esas cosas. Esas cosas que traen la violencia. Cuando yo era chico y ni siquiera iba solo al Parque Pereyra, recuerdo que se decía que a un joven del Barrio lo mataron los de Villa Diamante a la salida de terremoto. Aunque para mí el difunto era grande, abra tenido entre 16 y 18 años se lo lloraba por las calles de la villa, se juraba venganza. Nos criamos con la cierta idea de que tenemos que estar enfrentados. Más allá que en el barrio el índice de mortalidad por causas violentas es alto y abunda la normalización, la violencia supera la ficción. Claramente que al igual que las adicciones la violencia no distingue clases. Para nada quiero lavar mis manos culpando a los a otros, suficiente violencia tenemos de "nuestro lado” Sí digo de nuestro lado porque quieran o no la pared que divide las clases existe. La idea de que algunos merecen morir y otros no también existen. Pienso en esos días de violencia, en esos días que camine con el rostro desfigurado por las calles, la suerte que tuve de no perder un ojo de no haber mu**to, de no matar.
La inconciencia que te genera la violencia es terrible, horrorosa. Hay una falta de registro del daño y secuelas. Aunque estoy seguro que todo se paga, o al menos a mí toco pagar toda la violencia que cause y que podría causar. Me gustaría poder volver el tiempo atrás y nunca jamás levantar la mano para golpear. Aún tengo mucha vergüenza.
JJulio Zarza