23/11/2025
Esa frase apunta a algo interesante, lo que solemos llamar casualidad muchas veces es apenas el nombre que le damos a aquello que no logramos explicar.
“Causa ignorada”: hay algo que produce el efecto, pero no lo vemos o no lo comprendemos.
Hay un efecto desconocido: todavía no alcanzamos a reconocer del todo la consecuencia.
Decir “casualidad” sería entonces una forma de nombrar el vacío de saber: donde hay una causa y un efecto, pero no están todavía ligados por nuestra comprensión.
Podemos pensar que el inconsciente tiene sus propias lógicas, no lineales, y muchas veces aparece bajo la forma de lo inesperado.
El psicoanálisis muestra que no hay actos sin causa: un lapsus, un olvido, un encuentro fortuito pueden leerse como efectos de una determinación inconsciente. Lo “casual” sería, desde esta perspectiva, un efecto cuya causa aún está oculta para el yo.
En lugar de un hecho “sin causa”, la casualidad puede pensarse como la irrupción de una causa que el sujeto todavía no reconoce como propia.