10/09/2025
Muchos pensaron que sería imposible, que era demasiado estricto… pero hoy en El Salvador se ha vuelto la norma: ningún alumno cruza la puerta de la escuela si no demuestra respeto, si no viste con su uniforme limpio o si descuida su presentación personal.
Las opiniones se dividen. Hay quienes critican la medida por “dura”, otros la llaman “necesaria”. Pero los padres lo dicen claro:
🗣️“Ahora mi hijo entiende que no todo en la vida es a su manera. Tiene que aprender respeto desde el hogar y mantenerlo en la escuela.”
Para algunos es solo un uniforme blanco y un corte parejo de cabello. Sin embargo, quienes ven más allá lo explican distinto: el orden exterior refleja el interior. No es casualidad que la Biblia recuerde que “todo debe hacerse decentemente y con orden”. En estas aulas, esa palabra se volvió enseñanza viva.
Hoy las escenas hablan por sí solas: estudiantes firmes al saludar, uniformes impecables, maestros recuperando la autoridad que habían perdido. Y aunque para algunos parezca una regla dura, la realidad es que está formando carácter.
Porque, ¿de qué sirve dominar los números si no sabes respetar? ¿De qué sirve aprobar un examen si no sabes presentarte con dignidad? La disciplina de hoy es el cimiento del ciudadano de mañana.
Uniforme manchado, aspecto descuidado… y sí, el acceso se niega. Pero lo que realmente se abre dentro de esas aulas es más profundo: una generación que entiende que la educación no solo se lleva en la mente, también se refleja en el corazón. Y, como dicen los creyentes, esa es la parte que Dios nunca deja de mirar.