21/09/2025
Perder a alguien no es solo despedirse de su presencia… es aprender a vivir con su ausencia. Es mirar el lugar donde solía estar y sentir que algo en el alma también se fue.
El duelo no tiene un reloj. No hay fecha exacta en la que todo deje de doler. Hay días en los que parece que avanzas, y otros en los que te quiebras solo con un recuerdo. Y eso está bien. No estás fallando, estás sintiendo.
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El amor que diste, el amor que recibiste… no desaparece con la muerte. Se transforma. Se convierte en memoria, en aroma que llega sin aviso, en canción que te lo recuerda, en lágrima que baja sin pedir permiso.
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A veces sientes culpa por reír, por seguir, por continuar. Pero vivir no es olvidar. Vivir también es honrar. Es seguir construyendo desde el amor que quedó sembrado en tu corazón.
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Habla de quien se fue. Recuerda. Llora si lo necesitas. Pero también permítete sanar. Porque aunque tu historia con esa persona cambió, no terminó. Vive de tal forma que donde quiera que esté, pueda estar orgulloso de ti.
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Y cuando sientas que ya no puedes más, levanta la mirada. Porque incluso en medio del dolor… todavía hay luz.
