05/10/2024
Al llegar a España, crear una nueva red de confianza y con la que me sintiera cómoda, fue sin duda uno de los temas que más me costó y me afectó emocionalmente.
Me vine sola y no tenía contactos ni gente en la que apoyarme aquí, con lo cual encontrar a alguien con quien poder compartir era casi tan "vital" para mí como tener comida en mi plato.
Pero no me resultó nada fácil.
Lo dicho: tenía muchas ganas de conocer gente nueva y de conectar, pero no me daba cuenta de que las cosas no se estaban dando de la forma que yo esperaba porque me estaba saboteando.
Mi discurso era de víctima, porque consideraba que el problema estaba "afuera". Que si la cultura era muy distinta, que si la gente “de aquí” era muy seca, muy cerrada, muy fría… que si yo no les gustaba, que si no me entendían....
Si bien las culturas mexicana y catalana son indudablemente diferentes y también lo es la forma de relacionarnos y abrirnos, nuestros tiempos, ritmos y constumbres, yo sólo tenía el foco puesto en estos factores externos y no me responsabilizaba de MI PARTE.
A momentos, sentirme la rara, la diferente, la "de fuera", me dolía e incomodaba tanto, que prefería aislarme y retraerme.
Y otras veces sí que me “esforzaba” por conocer gente, por agradar, por encajar, pero eso tampoco se sentía bien, porque no me permitía ser yo misma del todo.
No era consciente de que, dentro de mí, había muchas resistencias, rechazos, juicios y prejuicios que no estaban permitiendo que yo conectara de verdad, ni favoreciendo para nada que la cosa fluyera.
Aprendiendo de mi propia experiencia y de la de mis clientas, tengo detectados algunos factores que dificultan la creación de nuevos vínculos cuando emigramos, y que te iré compartiendo en próximos posts.
Ser conscientes de ellos puede ser de gran ayuda para enfrentarnos al reto de crear nuevos (y buenos) vìnculos desde una mayor comprensión, apertura y responsabilidad.