24/07/2020
La sensatez del silencio
Se le ha llamado nueva normalidad. Pero la locura no es nueva y tampoco es normal, o si? Definitivamente no podemos saberlo. Si estamos cuerdos, no somos de este mundo y sino lo estamos, no podemos decidir lo que es normal o no.
He decidido observar desde mi rincón de mundo. En silencio. Intentado comprender sin enojos, objetivamente.
Desde este puesto de privilegio veo a algunos mu***os de miedo. Tiemblan ante la peste invisible, ante la muerte asfixiante. Otros viven negando la existencia de la causa. Lo relacionan con radiaciones, pelean y discuten por tener la razón. Se van de los chats, rompen el diálogo, en realidad rompen el monólogo que ellos mismos han creado y viven con total intensidad. Por cierto, me pregunto ¿habia 5G en 1918? ¿No? Pues ¿cómo dicen que murieron 60 millones de personas?
Otros viven en un sueño, mejor una pesadilla. Piensan que nos obligarán a vacunarnos, nos implantarán un control sub dérmico como a los perros.
Claro, los chinos han cerrado comercios y regresan a su país sin demasiados bienes para fabricar chips.
Poco a poco entramos en esa nueva mentalidad. Aceptamos comulgar con ruedas de molino. Tragamos todo. Usamos las falacias filosóficas atribuyendo a grandes personajes los mayores desvaríos. Nos volvemos acrílicos o hipercríticos según cada uno le sale del gen.
Se nos ha provisto de dos órganos receptores del sonido y de tan sólo uno para hablar. La naturaleza, sabía, equilibrada, nos proveyó de dos oídos para escuchar el doble, y una sola boca para hablar tan sólo la mitad.
Prefiero el silencio a esta locura. La tranquilidad a esta hiperactividad cambiante. No quiero participar del ruido mediático que embrutece.
Seamos valientes, vivamos sin miedo o por lo menos con el mínimo miedo. Guardemos silencio. Llegará el momento de hablar, de avanzar.
La cabeza que controla vive más y mejor.
La persona que sabe vivir en silencio, aprenderá a escuchar.
Dr. M. Roca