13/12/2025
Hay algo este último tiempo que me genera interferencia.
Amo la vida que construí, después de un cambio profundo, radical y arriesgado a mis 40.
Amo lo que siento en cada sesión de Deep ❤️. Conectar con lo humano sin interferencias me da mucha paz.
Amo compartir lo que voy descubriendo y agradezco a cada persona que conecta y amplifica esa sensación de paz que resetea.
Paradojicamente, lo que me nutre, me agota. Sostener Deep House BCN, hacer de los cursos un espacio habitado, organizar, gestionar, comunicar y vivir, se transformó en una rueda sin pausa y siento que me falta espacio.
Cuál es la trampa?. Donde está el equilibrio?. Que tanto es mi vocación? Que tanto es mi necesidad?.
Estoy en un momento circular donde la rueda gira entre la noche y el día. La energía y el cansancio. Las ganas de crear y las ganas de descansar. Estoy en equilibrio con los opuestos, pero soltar lo construido es incómodo. Resetear es expansivo.
Algo me invita a evaluar mi coherencia entre lo que comunico y lo que hago conmigo. Por un lado tengo una compulsión a escribir lo que siento, compartir lo que hago y cortar así mi proceso íntimo.
Sentir que mi sustento en muchos niveles depende de ser reconocida, admirada, etc. Sentir que el producto soy yo con mi manera de sentir, mi unicidad, mi profundidad, mi....
La performance pública para comunicar y obtener resultados desde ese lugar, me aleja de la naturalidad de sentir en intimidad.
Este juego de visibilidad, cada vez me resulta más vacío, pero no hacerlo, me hace no consumible. Algo que tendré que resolver a corto plazo.
Por lo pronto, renuevo contrato cada día, hasta que un movimiento natural cambie la dinámica sin mayores sobresaltos.
❤️