28/07/2020
Muchas veces se nos dice que soñemos en grande para hacer grandes cosas, sin embargo esto crea en nosotros una presión añadida de ¿y si me equivoco? ¿y si no se cumple lo que estoy soñando?
Bajo mi punto de vista soñar es muy bueno, pero hay que ser realista. Si todos los niños soñasen con ser futbolistas de élite, la realidad es que muchos verían esos sueños truncados por factores que no dependen de ellos. O si todos soñasen con curar el cáncer, el SIDA, el coronavirus...
Lo que si se consigue con los sueños es aspirar a ser mejores cada día. Aunque no lleguen a curar enfermedades o a ser futbolistas de élite, seguramente se esfuercen mucho en mejorar, lo que va a traer grandes beneficios para su propio aprendizaje.
Incluso el hecho de frustrarse por no conseguirlo, es bueno para aprender que en la vida, no siempre se consigue lo que se quiere, pero con esfuerzo, podemos conseguir otras cosas que no nos habíamos planteado. Tal vez no seas un futbolista profesional, pero te conviertas en un entrenador muy bueno, o no cures el cáncer pero salves miles de vidas con otros medicamentos.
Para llegar a conseguir cualquier cosa, hay que plantearse objetivos a corto plazo, alcanzables y que nos vayan acercando poco a poco a ese objetivo final.
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