25/12/2025
TODO LO QUE EL REY HIZO MAL
Anoche aprendí más de composición visual que en seis meses de tutoriales
Vaya por delante que no escuché ni una palabra del discurso del Rey. Estaba en plena batalla familiar navideña, ya sabes: tíos opinando de política, primas contando cotilleos, el tema cripto….
Pero la tele estaba ahí. Y yo miraba.
Plano general. Cuerpo entero. Habitación inmensa
Como cirujana, entiendo de espacios. Del quirófano aprendes que cada centímetro cuenta. La distancia entre el paciente y el equipo no es casual: es estrategia, es comunicación
Y el mensaje de anoche era frío
En 1936, Eduardo VIII pronunció su abdicación desde el Castillo de Windsor. Primer plano. Micrófono cercano. Intimidad brutal para decir “renuncio al trono por amor”. La distancia física transmite la distancia emocional que quieres crear
“Invitas al Rey” a tu casa en Nochebuena, en un momento sagrado de reunión familiar, y aparece alguien que parece estar en un museo. Espacio vacío alrededor. Como esos pacientes que se sientan en la esquina de la camilla del hospital: incómodos, vulnerables, perdidos en un espacio demasiado grande
La intimidad requiere esquinas. Rincones. Espacios que te abrazan.
No salas que te tragan.
Es curioso: sin audio, ves más
El Rey entró anoche en millones de hogares españoles.
Pero no sentí que hubiera entrado realmente
Solo vi a un hombre de pie. En medio de una habitación demasiado grande. Hablándole a una cámara que lo mantenía a distancia
Como esos abrazos protocolarios que no calientan.
Supongo que volveré a verlo. Esta vez con audio
Pero la primera impresión ya está hecha.
Y en medicina, como en realeza, la primera impresión es diagnóstico