Somos los papas de unos niños maravillosos, muy especiales, que han sufrido una durisima enfermedad: el cáncer infantil en sus distintas formas. Todos han recibido un agresivo tratamiento: quimioterapia, radioterapia, trasplantes... Esto ha supuesto estar ingresados largas temporadas en el hospital, aislados en neutropenia y sin contacto social, dolores, secuelas de todo tipo.. Y, desgraciadamente, comprobamos como la mayoria fallecen.
¿Es horrible? Sí, pero es la realidad. Estos tratamientos son durísimos y no están funcionando. Nos hablaban de que el 80% (en general) de estos niños sobreviven. Pero comprobamos que no es así.
¿Tiene sentido dar un tratamiento tan agresivo si no funciona?
¿Por qué no se investigan otras líneas de tratamiento que curen respetando a la persona? Casi todas las familias del hospital nos conocemos. Hemos visto luchar contra esta enfermedad, y siempre sonriendo, a nuestros maravillosos hijos. Y estamos orgullosos. Ese 80% no es real. Queremos tratar de saber LA VERDAD.
¿Por qué es importante saber la verdad? Porque en base a esas estadísticas se toman decisiones sobre tratamientos muy agresivos para ellos y, sobre todo, se eligen tratamientos que no curan. Sabemos que cada persona es única, no un número. Sin embargo se necesitan estadísticas reales, tanto en incidencia como en efectividad de cada tratamiento. Sin saber esa verdad inicial no se puede avanzar. Cada niño es un ser individual, pero se siguen aplicando PROTOCOLOS que no funcionan, maquillando los datos.