1. Comencé a trabajar y aún sigo haciéndolo en una asociación que atiende afectados de Esclerosis Múltiple (ADEMM). Llegué a darme cuenta de que mis conocimientos en cuanto a neurología, anatomía y técnicas específicas corporales no eran suficientes. Intuía que había una forma de ayudar a las personas a conectar con recursos que permanecían latentes en su interior debido en muchos casos al sentimiento de desesperanza. Así llegué a descubrir la hipnosis.
2. El detonante para empezar yo misma a acudir a terapia fue que detectaron a mi suegra un cáncer bastante agresivo y falleció en poco tiempo. Me sentía muy unida a ella y no podía hacer el duelo. Decidí buscar ayuda y me cité con una psicóloga que trabajaba con EMDR. Sabía que quería una terapia breve pero profunda.
3. Hacer terapia cambió mi vida. Descubrí que debajo de esa niña tímida con un parche en un ojo había a una artista deseando dejarse ver, y que debajo de esa pequeña que sufría por su extrema sensibilidad había una adulta terapeuta que reconocía en esta sensibilidad su mejor aliada para mostrar empatía con los demás y, en concreto, con las personas que acudían a sus terapias.
4. Mi capacidad y motivación de comunicarme en público aumentaron hasta el punto de volver a cantar con mucha más seguridad en el escenario, de impartir charlas e incluso escribir e interpretar obras de teatro.
5. Tuve tantas revelaciones durante el proceso de terapia y los meses posteriores que me dio para escribir un libro: Yo elijo un mundo así, que ya va por la tercera edición. Recibo testimonios de personas agradecidas por lo sencillo y esclarecedor de su lectura.
6. Gracias a la terapia, además de redescubrir mi parte artística y agradecer mi sensibilidad, pude liberarme de una ansiedad que me acompañaba desde siempre y me generaba dificultades para dormir y de vez en cuando tics, afonías o eccemas. Creía que esta ansiedad era natural en mí y parte de mi temperamento cuando era simplemente el precio a pagar por los traumas no resueltos y las exigencias autoimpuestas.
7. Fue tal la liberación que experimenté que quise formarme para ayudar a otras personas a liberarse también de sus cargas y poder vivir la vida que merecen. Imaginé un mundo en el que todos, libres de bloqueos y síntomas psicosomáticos desarrollásemos nuestro mejor papel. Y quise aportar mi granito de arena por lo que me formé en diferentes técnicas que experimenté también yo misma como paciente (Programación Neurolinguïstica, Técnicas de Integración Cerebral, Terapia Regresiva, Eye Movement Integration, Sincronización Hemisférica…)
8. Años después la vida me volvió a poner en frente un reto-oportunidad: la infertilidad. Aproveché para conocerme un poquito más, cuidarme y mimarme para prepararme lo mejor posible y rastrear en mi inconsciente las creencias que me podían estar impidiendo ser mamá. Y gracias a la reproducción asistida y a un profundo cambio interior, logré mi sueño. Y decidí especializarme en atender a mujeres que sufren también de infertilidad estudiando Sincronización hemisférica para el embarazo, Biodescodificación en infertilidad, Curso Creando el nido. Puedes visitar la sección Mamá Original en mi web www.beatriztierno.com
9. A medida que he ido tratando, he ido integrando las diferentes terapias que he aprendido para lograr que el tratamiento sea lo más rápido posible, lo más amable posible y, al mismo tiempo, lo más eficaz posible, facilitando transformaciones profundas y duraderas. Lo que ofrezco cada día en mis sesiones individuales es un abordaje integral que busca en tu pasado la raíz de tu problema para transformarlo en la solución que necesitas para acercarte más a ti mismo.
10. Soy feliz haciendo lo que me gusta que son placeres muy sencillos: cantar, darme masajes, pasear por el campo, hacer yoga y ayudar a mis clientes. Si tienes estrés o malestar emocional que has somatizado en síntomas en el cuerpo como dolor, insomnio, eccemas, fatiga o infertilidad, estoy encantada de poder ayudarte a encontrar el origen y reencontrarte tú.