19/05/2021
El exceso de control en las familias de Salud Mental.
Una de las cosas que trabajamos con las familias es el control excesivo que muchas de ellas ejercen sobre la persona con el problema de Salud Mental.
Quieren hacer ver y exteriorizan que no es control, sino cuidado, afecto, cariño, responsabilidad, empatía, solidaridad...
Pero muchas veces nuestro papel el piscoeducación es el de hacerles ver que realmente, en el fondo, ese exceso de control puede significar otras cosas.
Ponemos el foco de atención no es las carencias o necesidades del paciente, sino en la propia persona que cuida.
Aunque es un tema de difícil interiorización, tenemos que trabajar con ellos/as que muchas veces intentamos controlar todo porque somos nosotros/as los que carecemos de algo, que suele ser de confianza en mí mismo. Son las propias familias las que sienten inseguridad, desconcierto, miedo, vergüenza, culpa y estigma.
Les preocupa el qué dirán, el no saber manejar esa mala experiencia, esa vivencia, esa realidad. No toleran la posible frustración a la que se pueden enfrentar al compartir vida con una persona con un problema de Salud Mental, a que las personas externas les den la espalda, critiquen o juzguen.
Por eso lo exteriorizan a modo de ayuda, compromiso, servicio, empatía... Cuando realmente lo que su mente quiere decir es algo así como “mientras todo esté bajo control, bajo MI control, no habrá errores, disgustos, malas experiencias...”.
Demos dar a las personas con problemas de Salud Mental su sitio, su libertad, su autonomía, la capacidad de aprender de los errores. Fomentar su proceso de Recuperación desde su propia experiencia. Normalizar cada día un poco más las enfermedades mentales y delegar, derivar, soltar...
Todos/as saldremos ganando.
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