26/08/2025
Desde que mi hijo Pedrito y yo emprendimos este viaje por el sur de Irlanda, el universo parece haberse confabulado para recordarnos que los planes perfectos están sobrevalorados. Miles de imprevistos han surgido en nuestro camino, pero cada uno ha sido una lección disfrazada de caos, una oportunidad para elegir la risa sobre la frustración y encontrar siempre, siempre, el aprendizaje escondido.
Llegamos hace dos semanas con un billete de vuelta y la idea de unas simples vacaciones. El destino, sin embargo, tenía otros designios. Perdimos el vuelo de regreso a España y, en lugar de desesperarnos, nos miramos y soltamos una carcajada. Fue la risa liberadora que precede a la aventura verdadera. Decidimos quedarnos, rendirnos a la magia de lo improvisado.
Así hemos descubierto la serena majestuosidad de Kisale, la melancolía histórica y colorida de Cobh ( último puerto del Titanic ) y la autenticidad de Mounstown. Cada día es una página nueva, una historia que escribir juntos. Sin embargo, es en el corazón vibrante de Cork donde más nos sentimos en casa. Su energía, el rumor del río Lee, y la calidez de su gente nos han conquistado.
Para mí, este viaje es mucho más que turismo. Era una asignatura pendiente con el inglés, y esta tierra se ha convertido en mi aula vital. Aquí, entre conversaciones titubeantes y sonrisas de complicidad, he ido soltándome. Ya no dependo tanto de mi “intérprete” personal, el admirable Pedrito jaja para cada gestión. Es mi victoria personal, pequeña pero significativa.
Tras superar un año que puso a prueba toda mi fortaleza, hoy vivo la vida con una brújula nueva. Lo que antes era urgente, ahora es trivial. He aprendido a valorar la textura de cada momento, la libertad que hay en un plan truncado y la fuerza inmensa que reside en empezar de nuevo, con el corazón liviano y los ojos bien abiertos.
Esta no es una escapada, es una reconquista. Y cada día aquí, con mi hijo como compañero de esta apasionante aventura, es un recordatorio bellísimo de que la vida, con todos sus imprevistos, es el viaje más maravilloso.
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