21/11/2025
Cuidar la salud no siempre significa esperar a tener un problema para actuar; muchas veces podemos prevenir con pequeños gestos que nos cuidan. Y a veces, incluso estando sanos, nuestro cuerpo puede necesitar un refuerzo extra. Y ahí es donde la suplementación puede tener un papel útil.
Factores como nuestro ritmo de vida actual, el estrés, la falta de descanso o la mala calidad del sueño, la escasa exposición al sol durante el otoño e invierno o una alimentación desequilibrada, pueden ser la causa de que no lleguemos a cubrir todas nuestras necesidades de vitaminas, minerales o nutrientes. En estos casos, complementarlos puede ayudar a mantener el buen funcionamiento del organismo.
Y adicionalmente, la nutricosmética también es una herramienta interesante.
No se trata solo de estética: aporta nutrientes que contribuyen a mejorar el estado de la piel, el cabello o las uñas desde dentro. Y así, además de cuidarnos desde fuera, podemos cuidar desde dentro nuestro aspecto.
Sin embargo, suplementarse no debe hacerse al azar, ni por moda, ni porque lo haga tu cuñado. Cada persona tiene necesidades específicas según su estilo de vida, edad, estado fisiológico o hábitos. Un suplemento que funciona para alguien puede no ser el adecuado para otra persona.
Por eso, antes de empezar, es recomendable consultar con un profesional sanitario. Desde la farmacia podemos ayudarte a valorar tus necesidades reales y orientarte hacia el complemento adecuado, en la dosis correcta y en el tiempo necesario.
Y recuerda, suplementar no es sustituir hábitos saludables. Es reforzar aquello que a veces la rutina no alcanza. Y cuando se hace bien, puede marcar la diferencia.