15/12/2025
Hubo un momento en el que no saliste adelante porque te sintieras fuerte, sino porque no te quedaba otra. Mientras tú apenas tenías energía para comer, para levantarte de la cama o para entender cómo se te había roto la vida, la persona que decías amar ya estaba pasando página con alguien más.
Y eso duele de una forma muy concreta: no solo por la pérdida, sino por la sensación de haber vivido la ruptura en soledad. De haberte quedado procesando el vínculo mientras la otra parte desconectaba sin mirar atrás.
Salir de ahí no fue superarlo rápido. Fue hacerlo con el corazón roto, obligándote a respirar un día más, aunque no supieras cómo. Y eso no habla de debilidad, habla de una capacidad de supervivencia emocional enorme.
Si esta herida te resuena —si aún estás recomponiéndote después de sentirte abandonada en el peor momento— podemos acompañarte a sanar sin exigirte más de lo que ya has dado.
Comienza terapia con nosotras. Escríbenos por DM o entra en www.aterapiaconmiriam.com.