14/02/2025
🍃 Sabías que … 👃
Cuando no nos gusta el aroma de un aceite esencial, a menudo significa que nuestro cuerpo en realidad lo necesita. Esto sucede porque nuestro sentido del olfato está profundamente conectado con nuestras emociones, recuerdos e incluso con el estado fisiológico de nuestro cuerpo. Los aceites esenciales trabajan a nivel energético y bioquímico, interactuando con nuestro sistema límbico, la parte del cerebro responsable de las emociones, el estado de ánimo y las respuestas al estrés.
Algunas razones por las que podemos rechazar un aceite, pero en realidad necesitarlo, incluyen:
1. Liberación emocional – Algunos aceites ayudan a liberar emociones almacenadas o traumas pasados. Si nos desagrada un aceite, puede ser porque está actuando sobre un bloqueo emocional que estamos resistiendo.
2. Desequilibrios en el cuerpo – Nuestro cuerpo puede estar desbalanceado en un área que el aceite está diseñado para apoyar. Por ejemplo, si alguien no soporta los aceites de conexión a tierra como Cedro o Vetiver, podría ser una señal de que necesita más estabilidad o relajación.
3. Desintoxicación – Algunos aceites ayudan en procesos de limpieza y desintoxicación, y si nos resultan desagradables, podría ser porque nuestro cuerpo los necesita y está resistiendo el proceso.
4. Adaptación y sanación – Con el tiempo, a medida que nuestro cuerpo se equilibra y sana, es posible que empecemos a disfrutar el aroma de un aceite que antes rechazábamos, lo que indica que nuestro cuerpo ha mejorado su estado.
Un buen consejo es usar el aceite en pequeñas cantidades, combinarlo con uno que sí disfrutes o aplicarlo en las plantas de los pies, donde su aroma será menos perceptible pero igual de efectivo. Muchas veces, con el uso constante, nuestra percepción del aroma cambia a medida que el cuerpo se beneficia de él.
Cuéntame te ha pasado esto?
A mi mucho, el primero fue con peace & calming ! Y Ahora lo amo !!! 🥰