30/11/2025
A veces me pregunto en qué momento el mundo dejó de ser tan puro como cuando lo ven los niños. Porque mi hijo… mi hijo nació limpio, noble, sin un gramo de malicia. Él no sabe discriminar, no sabe burlarse, no sabe herir. Su corazón es tan transparente que a veces duele pensar que allá afuera no todos lo miran igual.
Pero yo sí.
Yo lo miro y veo luz.
Veo un niño que siente profundo, que ama sin condiciones, que abraza sin filtros, que vive desde la honestidad más pura que existe.
Y mientras lo acompaño en su camino, entiendo una verdad que pesa: los niños no nacen juzgando… aprenden a hacerlo. Aprenden del ejemplo, de las palabras, de las miradas que los rodean.
Por eso yo alzo la voz.
Porque mi hijo merece un mundo que se parezca más a él: más amable, más paciente, más humano.
Si los adultos entendiéramos que cada gesto enseña… quizá construiríamos un lugar donde ningún niño tenga que aprender a lastimar, y donde niños como el mío puedan seguir siendo lo que ya son: amor en su forma más pura.
Mi Corazón es Azúl 💙