15/07/2025
“Mientras yo quiero irme, otros solo quieren quedarse”
Hoy estaba cenando con mi familia. Todo tranquilo. Risas, plática. Pero de repente, el tono de todo cambió cuando sonó el celular de mi mamá. Era tarde. Contestó, y al otro lado estaba Doña Mari, una de sus mejores amigas.
Tiene cáncer. Ya lo sabíamos. Ha estado recibiendo quimioterapia. Pero esta vez, sonaba distinta. Sonaba cansada. Dijo: “Doña Betty, sé que es muy tarde… pero ¿puede venir a cortarme el pelo? Se me está cayendo, me estorba, me molesta… ya no puedo más.”
Mi mamá fue estilista en el pasado. Y aunque tiene el corazón roto por tantas cosas que ha pasado, dijo que sí. Pero cuando colgó, lo dijo en voz baja, como hablándole al dolor: “Esto me va a doler a mí.”
Y lo entendí.
Mi mamá ha visto morir a su madre, también por cáncer. Ha perdido amigas. Tiene miedo de que lo que mató a su mamá algún día también la alcance a ella. Y aún así, ahí va. Ayudando. Aguantando. Siendo fuerte cuando nadie más puede serlo.
Y mientras ella llora por alguien que está luchando por vivir, yo estoy acá, con una depresión que me hace querer desaparecer. Y eso… me hizo pensar. Mucho.
¿Qué tan irónica es la vida que hay quienes suplican un día más, y hay quienes rogamos que todo termine?
Doña Mari ha tenido una vida muy difícil. Un esposo alcohólico. Una hija ausente. Nietos que ahora dependen de ella. Y aun así, sigue luchando. Por ellos. Por ella. Porque aunque le duele, aunque ya no puede más, sigue aquí.
Y yo también sigo aquí.
Quizás no por mí, todavía. Pero por los que me quieren. Por los que llorarían si me fuera. Por los que aún se aferran a estar vivos.
Esto no borra mi dolor. No me cura de un día para otro. Pero hoy entendí algo: querer vivir también es un acto de rebeldía. Y tal vez, solo tal vez, mi presencia en este mundo aún tiene sentido.
No sé qué pasará mañana. Pero por hoy, respiro. Y si tú que estás leyendo esto también sientes que ya no puedes… quédate un poquito más. Por ti, o por alguien que aún no sabes cuánto te necesita.
de Fercho. Un regalito que nos hace un pacientito. Ojalá llegue a manos de quien más lo necesite.