15/10/2025
El final de una historia… la mayoría de las veces, ES el Inicio de La Historia.
Patricia Flores Felix, Terapeuta existencial paliativo.
La escena quedó grabada por las cámaras de seguridad de la estación de trenes en Nápoles, Italia.
Un niño de 10 años, pequeño, delgado, con una mochila rota, esperaba quieto frente al andén número 6. El tren llegaba en 4 minutos.
A su lado, una mujer con gesto nervioso hablaba por teléfono. Era su madre.
—Sí, sí… ya casi. Le dejo aquí y me voy al hospital —decía.
La conversación se corta. La mujer cuelga, se agacha y le susurra algo al oído al niño.
Él asiente. Se sienta en el banco de madera, apretando los puños sobre las piernas.
El tren llega. Pero ella… no vuelve.
Pasaron los minutos. Luego las horas.
Una señora mayor se le acercó:
—¿Esperas a alguien, piccolo?
—A mi mamá.
—¿Dónde está?
—Fue a comprarme agua. Ya vuelve.
La mujer le llevó algo de comer. Luego llamó a la policía.
Se supo después que la madre, con graves problemas de salud mental, había decidido abandonar al niño creyendo que así “le daría una oportunidad mejor”.
Pero no lo dejó en cualquier parte. Lo dejó justo donde años atrás ella había sido abandonada también.
En el centro de menores donde lo acogieron, nadie lograba hacerle hablar. Durante días no dijo una palabra.
Hasta que una voluntaria le mostró un mapa de trenes.
—¿Te gusta viajar?
Él señaló con el dedo.
—Solo he ido a Nápoles. Y estaba esperando ir a Milán.
—¿Por qué Milán?
—Porque allí vive un fotógrafo. Y yo quiero hacer fotos también. Como él.
Resultó que lo poco que sabía del mundo lo había visto en las revistas que recogía de las papeleras. Y una en especial, con una foto de un tren bajo la nieve en Milán, la guardaba como un tesoro.
Hoy, cinco años después, se llama Luca (nombre cambiado), y vive con una familia de acogida.
Y sí, es fotógrafo.
Con 15 años, ha ganado ya dos concursos nacionales de fotografía juvenil. Expone en centros culturales. Sus imágenes tienen algo crudo, pero también luminoso. Como si cada disparo de su cámara cerrara una herida.
En una entrevista, le preguntaron:
—¿Cuál fue tu primera gran foto?
—Una vía vacía, en una estación sin nadie. Me recuerda que incluso cuando alguien se va… hay trenes que siguen llegando.
A veces, una vida comienza justo cuando alguien decide quedarse… esperando.