02/12/2025
Anímate a mirarte con honestidad y a abrazarte tal cual Dios te soñó.
Quiérete con fuerza, con ese amor propio que te impulsa a dar la cara por tus batallas… y también con la humildad suficiente para reconocer cuando una lucha no te pertenece. Hay guerras que el alma suelta porque sabe que el Cielo ya decidió que no valen el desgaste.
Te deseo que escuches tu verdad con valentía, y que la pronuncies desde la conciencia y la paz, sabiendo que cada corazón tiene su propio evangelio interno. Que te atrevas a caminar hacia eso que te da miedo, porque la luz siempre se revela cuando damos un paso dentro de la sombra. Que mires las “manchas negras” de otros con misericordia, recordando que todos llevamos grietas y que Dios obra justo ahí, en lo roto. Que no te castigues por fallar; el error también es un altar donde el alma crece.
Y sobre todo, te deseo que encuentres la felicidad, incluso en la realidad más retadora, porque Dios tiene la costumbre divina de esconder bendiciones en los lugares menos esperados.