11/06/2025
"Aceptando lo que la vida me presenta
"Las personas no se dan cuenta de cuánto arriesgan cuando no aceptan lo que la vida les presenta, las preguntas y tareas que la vida les impone. Cuando deciden ahorrarse el dolor y el sufrimiento que le deben a su naturaleza. Al hacerlo se niegan a pagar las deudas de la vida y, por esta misma razón, la vida a menudo los desvía.
Si no aceptamos nuestro propio destino, un tipo diferente de sufrimiento toma su lugar: se desarrolla una neurosis, y creo que "esa" vida que tenemos que vivir no es tan mala como una neurosis. Si tengo que sufrir, que sea por "mi" realidad. ¡Una neurosis es una maldición mucho mayor! En general, una neurosis es un reemplazo de una evasión, un deseo inconsciente de engañar a la vida, de evitar algo.
Uno no puede hacer "más" que vivir lo que realmente es. Y todos estamos hechos de opuestos y tendencias conflictivas. Después de mucha reflexión, he llegado a la conclusión de que es mejor vivir lo que uno realmente es y aceptar las dificultades que surgen como resultado, porque la evasión es mucho peor.
Hoy puedo decir: he sido fiel a mí mismo, he hecho lo que he podido según mi leal saber y entender. Si fue correcto o no, no puedo decirlo.
El sufrimiento era inevitable en cualquier caso. Pero quiero sufrir por "aquellas" cosas que realmente me pertenecen. Un factor decisivo para mí al elegir este camino fue el conocimiento de que si no respondía plenamente al propósito y los desafíos de mi vida, mis hijos los heredarían y tendrían que soportar la carga de mi vida no vivida, además de sus propias dificultades.
Soy consciente de la pesada carga que me transmitieron mis padres. Una carga así no se puede simplemente quitar de encima. Te encuentras agobiado por una herencia que tienes que aceptar y llevar como un caracol que lleva su casa a cuestas. Ser "inteligente" y comportarse razonablemente no es suficiente para superar la vida. Puede que te ahorres algunos problemas, pero te aíslas de tu propia vida en el proceso.
He visto el destino de aquellos que no han vivido sus propias vidas, y es simplemente horrible. Las personas que viven su destino y lo cumplen lo mejor que pueden con sus conocimientos y capacidades no tienen motivo para arrepentirse. En cierto modo, Voltaire tenía razón cuando dijo que solo hay que arrepentirse "de todo aquello que no se ha hecho". Es de suma importancia que, como seres humanos, aceptemos las deudas que nos incumben. En la vejez, no son las cosas maravillosas que tal vez nos perdimos de ver o experimentar las que lamentaremos, sino más bien los momentos en que dejamos pasar la vida".