25/11/2025
La violencia contra la mujer no solo deja cicatrices físicas; también hiere profundamente la salud mental, perpetuando traumas que silencian voces y apagan la luz de quienes la padecen. Como psiquiatra, he visto cómo el miedo, la ansiedad y la pérdida de autoestima se convierten en grilletes invisibles que limitan el potencial de miles de mujeres. Pero hoy, en este día de reflexión y acción, quiero recordarles que romper el silencio es el primer paso hacia la libertad.
La violencia no es un problema privado, es una emergencia de salud pública que requiere respuestas integrales: apoyo psicológico accesible, redes de contención sólidas y una sociedad que rechace toda forma de abuso. Desde mi rol, invito a todas las mujeres a priorizar su bienestar emocional, a buscar ayuda profesional sin culpa y a entender que su valor trasciende cualquier situación de violencia.
Si estás experimentando violencia o conoces a alguien que la sufra, no esperes más. Tu vida importa, tu paz mental importa.