14/06/2019
La piel humana
La piel es en realidad el órgano más grande del cuerpo y uno de los más complejos. Se extiende en un área de aproximadamente 2 metros cuadrados y pesa cerca de dos kilos y medio.
Los capilares llevan a la dermis la sangre necesaria para nutrir la piel y para recoger los productos de desecho que en la misma se forman. Las terminaciones nerviosas recogen los estímulos de presión, rugosidad o suavidad, frío, calor y dolor y los llevan al cerebro.
La piel del cuerpo es " la criada para toda clase de servicios ".
Además de separarnos del mundo exterior, regula la temperatura de nuestro cuerpo, nos avisa de los peligros existentes en el medio ambiente que nos rodea, lucha y resiste la acción de las bacterias y elimina los productos de desecho. El olor típico a sudor se debe a pequeñas cantidades de productos de desecho.Cualquier intento para neutralizar el olor propio del sudor NO debe dificultar la sudoración, pues podría ser perjudicial.
La resistencia bacteriana de la piel y las membranas mucosas es muy grande. La piel, limpia y sin heridas, es capas de eliminar la mayor parte de bacterias y microbios indeseables. Otro sistema protector de la piel es la Melanina ( un pigmento ), substancia que evita la acción perniciosa del sol. La mejor forma para cuidar la piel, es el uso frecuente de jabón y agua. No existe otro medio más seguro y eficaz para limpiar este órgano.
La piel no se puede nutrir por medio de cremas, lociones, no se puede alimentar desde fuera.Al igual que los otros tejidos del cuerpo, su alimentación tiene que llegarle por medio de la sangre.No podrá jamás fabricarse una crema que ilumine en forma tan espectacular la piel, como lo hace la Salud. El doctor Logan Clendening, describe la piel con las siguientes palabras " Una de las esteucturas más interesantes y más místicas que exinten....La frontera que nos separa del resto del universo; el s**o que contiene la esencia que me forma mí o a usted; la red defensiva contra los insectos, venenos y microbios...; el lugar donde se graban las verdaderas tempestades del alma...".