23/06/2025
Elegir a tu pareja desde la conciencia y basada en el amor propio significa conectar con tu verdadero ser y tomar decisiones que reflejen tu bienestar y necesidades, en lugar de basarse en expectativas externas o inseguridades.
Cuando una relación de pareja llega a su fin, no solo se rompe un vínculo con el otro, sino también con las ideas y expectativas que habíamos depositado en ese lazo. Pasar por una ruptura es un proceso complejo, que suele implicar atravesar duelos, desapegos, resignificaciones y reconstrucciones internas.
Y cuando ese proceso ha sido transitado con profundidad, algo en nosotros cambia. Las emociones se vuelven más estables. Y el deseo de volver a compartir la vida con otro ser humano ya no nace de un "vacío" que necesita ser llenado, sino de una elección más consciente: la de caminar acompañado, por elección, por y para compartir, sin perderse en el otro, sin dejarse a un lado a uno mismo.
Amar no es algo que simplemente ocurre; amar también se aprende y se elige.
Por eso, antes de volver a elegir pareja, es importante revisar las propios patrones emocionales y relacionales, identificar aquellos que han sido repetitivos, mirar con honestidad las propias sombras. ¿Qué parte de mí eligió lo que eligió en el pasado? ¿Qué aprendí de esas experiencias? ¿Qué límites necesito empezar a poner? ¿Qué aspectos necesito "sanar", integrar, cambiar o fortalecer en mí?
Y también es esencial saber lo que uno desea: qué valores son importantes, qué tipo de vínculo quiero construir, cúal es la experiencia que quiero vivir, qué actitudes no estoy dispuesto a tolerar.
Porque una vez que elegimos, también asumimos una tarea. Las relaciones sanas no se construyen solas, ni se sostienen por inercia. Implican compromiso, responsabilidad, honestidad, paciencia, comprensión, asertividad, apertura, voluntad, comunicación, flexibilidad, respeto mutuo y una disposición diaria a crecer junto al otro. No se trata de que el otro me haga feliz, sino de crear juntos un espacio donde ambos podamos nutrirnos y evolucionar.
Amar con conciencia implica reconocer que toda relación nos confronta con partes de nosotros mismos: con nuestras heridas no resueltas, con nuestros patrones emocionales y relacionales, con nuestras formas de vincularnos aprendidas en nuestra historia de vida. Y eso puede ser incómodo, incluso doloroso, pero también profundamente transformador.
Por eso, si estás en ese punto donde sientes que podrías volver a abrirte al amor, hazlo desde el aprendizaje. Hazlo desde tu nueva forma de mirar. No porque necesitas a alguien, sino porque deseas compartir lo que hoy eres.
Porque elegir pareja no es solo encontrar a alguien que encaje contigo, sino asegurarte de no traicionarte, de no ir en contra de tus valores más esenciales, de no atentar contra tu integridad y tu amor propio, de no ir en contra de ti mism@ en el intento.