20/09/2025
¿Alguna vez has sentido que duermes al lado de un desconocido?
Con el tiempo, muchas parejas no se rompen por una gran traición, sino por mil microabandonós invisibles:
el café que ya no se comparte, la mirada que se esquiva, la palabra que se guarda “para no discutir”.
La psicología clínica muestra que la falta de comunicación emocional no es ausencia de palabras, sino exceso de barreras: miedo a ser juzgado, a ser rechazado o a abrir la herida de nuevo. El cerebro aprende a callar… pero el cuerpo recuerda. El vacío que queda se convierte en una distancia sutil, casi imperceptible, hasta que un día la conexión se siente rota.
En el subconsciente se representa como pequeñas fracturas simbólicas: no te escucho = no existes; no me miras = no me ves; no me hablas = no soy importante. Y ese eco se acumula.
El desgaste llega así, silencioso. Y detrás de él, la búsqueda inconsciente de algo que devuelva la sensación de ser visto, escuchado y sentido. No siempre es otra persona: a veces es el trabajo, a veces es la rutina, a veces… nada. Pero la separación emocional ya está sembrada.
🌙 Lo profundo es esto: no nos separamos por lo que callamos una vez, sino por lo que callamos todos los días.