19/10/2025
El respeto por mí mismo es tan grande que no importa quién sea.
Ni la familia, ni los lazos, ni las costumbres justifican quedarse donde no hay paz.
He aprendido que el amor propio también se demuestra poniendo límites, incluso cuando duelen, incluso cuando el corazón quisiera quedarse.
Porque respetarme no es egoísmo, es reconocer que merezco tranquilidad, que merezco relaciones sanas, que merezco coherencia entre lo que siento y lo que permito.
Mi familia puede ser parte de mi historia, pero no tiene derecho a romper mi presente.
Elegir mi bienestar no me hace mala persona, me hace consciente.
Y si amarme implica alejarme, entonces que así sea.
Porque el respeto por mí mismo siempre será más fuerte que cualquier vínculo que intente hacerme olvidar quién soy.