Psic. Blanca Cong

Psic. Blanca Cong E​valuación y Diagnóstico Neuropsicológico, Terapia para niños, adolescentes y adultos.

12/09/2025
MAMÁ ESTÁ CAMBIANDO Y CASI NADIE SE DA CUENTA.Ya no duerme como antes.Se despierta en la madrugada empapada en sudor aun...
09/09/2025

MAMÁ ESTÁ CAMBIANDO Y CASI NADIE SE DA CUENTA.

Ya no duerme como antes.
Se despierta en la madrugada empapada en sudor aunque afuera haga frío. Cierra los ojos, pero el insomnio no la deja descansar. Su cuerpo se siente cansado, como si llevara encima un peso que nadie ve. A veces le recorren escalofríos, otras veces parece que arde por dentro sin razón. El corazón se le acelera de pronto, la memoria se le escapa en detalles pequeños, y las lágrimas aparecen sin aviso, incluso en cosas que antes no le movían nada.

La piel cambió, el cabello se le va en silencio. Se mira al espejo y, a veces, no reconoce a la mujer que regresa su mirada. Y la sociedad, con su crueldad disfrazada de burla, la señala: “dramática”, “exagerada”, “es cosa de la edad”. Como si fuera una elección sentirse así.

Lo que no entienden es que su cuerpo está cerrando etapas, que reinventarse no siempre es sencillo, y que duele transitar un cambio que pocos se detienen a comprender. Ella no está “insoportable”: está transformándose. Está cruzando un puente invisible desde la mujer que fue… hacia la mujer sabia que está naciendo.

Pero se siente invisible.
Porque vivimos en un mundo que aplaude la juventud, la piel tersa y la voz callada, y olvida acompañar a la mujer madura que necesita paciencia, ternura y compañía.

Ella no necesita juicios.
Necesita que la sostengan, que la comprendan, que alguien la abrace y le diga mirándola a los ojos:
“Estoy contigo. No estás sola.”

Texto de la web, imagen de pinterest

«Acepté cuidar a mi nieto solo unos días». Al mes entendí que mi vida nunca volvería a ser la misma— Mamá, te lo pido, s...
03/09/2025

«Acepté cuidar a mi nieto solo unos días». Al mes entendí que mi vida nunca volvería a ser la misma

— Mamá, te lo pido, solo unos días. Ya no sé qué hacer. Luis está enfermo, yo tengo que ir a trabajar, la guardería está cerrada. Solo unos días, de verdad. — la voz de mi hija temblaba de cansancio y desesperación.

No dudé ni un segundo. ¿Cómo iba a negarme? Era mi nieto. Daniel, con sus cuatro años, lleno de energía, risas y mil preguntas. Pensé: ¿qué problema puede ser? Unos días, quizá una semana, me las arreglaré.

Pero pasó la primera semana. Después la segunda. Mi hija ya no decía “solo un rato”, sino “un poco más”. Luis estaba en el hospital, luego volvió a casa, pero demasiado débil para cuidar al niño.
Y mi hija echaba horas extra, trabajaba hasta la noche, muchas veces ni contestaba el teléfono. Entonces me di cuenta de que aquello ya no era un favor. Era una nueva etapa de mi vida… solo que nadie me había preguntado si estaba de acuerdo.

Daniel es un niño maravilloso, pero cuidarlo es un trabajo a tiempo completo. Despertarse en la noche por una pesadilla. Preparar un desayuno que tiene que llevar “exactamente tres fresas y nada verde”.
Correr en el parque, leer cuentos, jugar con dinosaurios, responder a cientos de preguntas cada día. Y yo ya tengo 73 años. Las rodillas me duelen, la espalda también, y hace semanas que no duermo bien.

Estaba agotada. Pero, al mismo tiempo… algo dentro de mí revivió. La casa, donde desde la muerte de mi marido reinaba el silencio, de repente volvió a llenarse de vida. Juguetes bajo la mesa, risas en las escaleras, manitas rodeando mi cuello, y ese susurro:
— Abuela, eres la mejor del mundo.
Y sentí que, de verdad, aún era necesaria.

Mi hija dejó de preguntar si podía con todo. Empezó simplemente a dar por hecho que sí. — Mamá, no sé qué haría sin ti — me decía al teléfono. Pero en su voz no había gratitud, sino alivio. Como si se hubiera quitado un peso de encima y no pensara volver a cargarlo.

Un día le pregunté directamente: — ¿Y cuándo vendrás a buscarlo?
Se quedó callada. Y luego soltó: — Ya sabes, con Luis en rehabilitación y yo trabajando tantas horas… todavía no. ¿Vale?

Entonces entendí que aquel “solo unos días” ya no existía. Nadie pensaba devolverme mi vida tranquila. Me había convertido en la solución de un problema.

Algo se rompió dentro de mí. Ya no estaba solo cansada. Estaba enfadada. Dolida. Toda la vida había sido la que ayuda, la que nunca se queja, la que carga con todo. Por mi hija lo hice todo — y eso se convirtió en mi trampa.

Empecé a decir “no”. Primero con cosas pequeñas: hoy no vamos al parque porque estoy cansada. Esta noche tengo reunión con mis amigas y Daniel se dormirá solo. Y luego más claro: — Tienes que asumir parte de tus responsabilidades. Es tu hijo.

No fue fácil. Hubo lágrimas. Reproches: que soy egoísta, que ella no puede más, que yo “antes lo tenía más fácil”. Pero yo ya sabía que si no me plantaba, me quedaría con el niño meses, quizá años. Y yo también tengo mi vida. Derecho a descansar. Derecho a ser abuela — y no madre sustituta.

Hoy Daniel pasa conmigo los fines de semana. Son los momentos más hermosos. Jugamos a las cartas, horneamos galletas, armamos rompecabezas. Se ríe, me abraza y me dice:
— Abuela, eres la más querida.
Entonces mi corazón se desborda. Porque sé que me necesita, pero bajo mis condiciones.

Y el domingo por la tarde mi hija viene a recogerlo con una sonrisa, a veces cansada, pero ya sin esa presión. Entendió que no soy un servicio gratuito al que acudir siempre. Que además de ser madre y abuela, soy también mujer. Con mis necesidades. Con mis límites.

En aquel mes aprendí lo más importante: que amar no es solo dar. Es también tener el valor de decir “basta”. Porque si no ponemos nosotras mismas los límites, nadie lo hará por nosotras.

No guardo rencor a mi hija. Sé que lo pasó mal. Pero también sé que toda la vida le enseñé que “mamá siempre puede con todo”. Que mamá no tiene derecho a ser débil. Y solo ahora, después de tantos años, aprendemos una nueva relación — adulta, más justa, basada no en el sacrificio, sino en el respeto.

Hoy, cuando cierro la puerta tras Daniel, me siento con una taza de té y escucho el silencio. Ya no me pesa. Ahora es mi silencio. Mi vida. Sí, diferente que antes. Quizás un poco más solitaria, pero mucho más consciente. Y por fin — verdaderamente mía.

¿Y tú? ¿Crees que una abuela tiene derecho a decir “basta”, incluso a su propia hija, cuando siente que ya no puede más?

Crédito al autor correspondiente
Imagen de Pinterest

Tomado de: SardinaCocina
Página

28/09/2024

El proceso de separación se vive diferente para cada miembro de la pareja, es importante que se den el tiempo necesario para pensar sobre lo que necesitan, lo que sienten y quieren, y después comunicarse desde un razonamiento libre de rencores.

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28/09/2024

La psicoterapia de juego infantil rs parte del proceso diagnóstico y esta orientada en identificar las problemáticas emocionales, de conducta y del neurodesarrollo, para después profundizar en cada una de ellas.

MI MEJOR AMIGA DE FACEBOOK*nunca los dejes solos* 😞Mi mejor amiga de Facebook se llama Laura, tiene once años y su color...
25/08/2024

MI MEJOR AMIGA DE FACEBOOK
*nunca los dejes solos* 😞

Mi mejor amiga de Facebook se llama Laura, tiene once años y su color favorito es el morado. Nos conocimos hace cuatro semanas. Ella me envió la solicitud y comenzamos a escribirnos.

Mi mejor amiga y yo nos escribimos todos los días. Laura y yo tenemos muchas cosas en común. A las dos nos gusta mucho la Coca-Cola, las hamburguesas y la música reguetón. Somos tal para cual, hasta cumplimos año el mismo día.
¡Sí, el mismo día!

Yo amo mucho a mi mejor amiga, yo quería contarle a mis padres acerca de ella, pero Laura me dijo que no lo hiciera porque si mis padres se enteran lo más probable es que me quiten el teléfono y la laptop. Y si eso pasa ya no podría volver a escribirle. Mi mejor amiga me explicó una vez que a los padres no les gusta que los niños estén escribiéndose con otros niños en las redes sociales porque a ellos no les gusta que los niños se diviertan. Yo creo que Laura tiene razón, tal vez por eso mis padres nunca juegan conmigo, porque no quieren que yo me divierta. Eso ya no importa, mi mejor amiga si quiere que yo me divierta y ella siempre quiere jugar conmigo.

Mi mejor amiga también me enseña muchas cosas. Ella me está enseñando a bailar reguetón. Laura me envió hace una semana videos de ella bailando reguetón para que yo aprendiera cómo se hace, y ya más o menos estoy aprendiendo. Ella me dijo que hiciera un video bailando y se lo enviara para ver si lo estoy haciendo bien, y eso hice, aunque al parecer lo estoy haciendo muy mal. Mi mejor amiga me dijo que tengo que mover más el c**o y tocarme más las tetas, además de que debo revolcarme más en el suelo porque así es como lo hacen las mujeres que si saben bailar reguetón.

Mi mejor amiga dice que para bailar bien me hace falta más soltura y ser más elástica. Por eso Laura me envió videos de otras niñas bailando reguetón para que yo viera cómo se hace, y si es verdad, necesito más soltura. Ella me reveló cuál es el secreto para aprender a bailar como toda una profesional. Laura me dijo que lo único que tengo que hacer es quitarme la ropa y bailar desnuda porque así no tengo que preocuparme de que la ropa se me rompa y puedo estirarme mucho mejor. Yo le dije que no iba hacer eso porque me da mucha pena, pero ella me dijo que era algo normal y que todas las mujeres que saben bailar reguetón como profesionales aprendieron así. Ya cuando yo tenga más soltura puedo ponerme a bailar con la ropa puesta. Eso me dijo ella y la verdad si tiene sentido.
Yo al principio no le creía a mi mejor amiga, pero ella me enseñó un montón de videos de otras niñas desnudas bailando reguetón y la verdad si se ven más sueltas y cómodas. Laura me dijo que es algo que no tiene que darme pena, por eso también me enseñó esos videos para que viera cómo otras niñas bailan desnudas y no tienen nada de pena, porque eso al final es algo completamente normal.
Y ahora que lo pienso... Si ella tiene ese montón de videos de niñas bailando desnudas es porque si es verdad que es algo muy normal, ¿no creen?

Ayer le envié mi video bailando desnuda a mi mejor amiga y me dijo que lo estoy haciendo muy bien, que ya estoy aprendiendo, aunque me aconsejó que sería mejor si ella está en persona enseñándome. Entonces a Laura se le ocurrió otra brillante idea. Ella me pidió que le diera la dirección de mi casa, me dijo que puede venir con sus papás mañana a verme y enseñarme a bailar, esto me hace muy feliz porque al fin voy a conocerla. Pero mi mejor amiga me pidió que le hiciera un gran favor, me dijo que como ella es muy penosa, al igual que yo, prefiere que yo la espere sola afuera de la casa para hablar un rato con ella y así hacerla sentir más cómoda antes de presentarla a mis padres. Me pidió que le hiciera ese favor y a cambio ella traerá Coca-Cola y unas hamburguesas para que comamos juntas mientras vemos la televisión. Yo la verdad no tengo ningún problema, total mis padres no se van a dar cuenta si salgo cuatro minutos afuera de la casa.
Es una buena idea acompañarla, eso hacemos las mejores amigas.

Mañana es el gran día.
Al fin voy a conocer a mi mejor amiga... Mi mejor amiga de Facebook.




ESCRITOR: LUIS OLIVEROS.........

Imagen de la niña hecha con IA

Era un hijo que no le gustaba vivir en casa de su padre, por la constante "irritación" de su parte."Sí no vas a usarlo a...
13/05/2024

Era un hijo que no le gustaba vivir en casa de su padre, por la constante "irritación" de su parte.

"Sí no vas a usarlo apaga el ventilador"

"La TV está encendida en la sala donde no hay nadie.. ¡Apágala!"

"Cierra la puerta"

"No gastes tanto el agua"

Al hijo no le gustaba que su padre lo molestara por esas pequeñas cosas.

Él tuvo que tolerarlas hasta cierto día en que recibió una invitación para una entrevista de trabajo.

′′Tan pronto como consiga el trabajo, voy a dejar esta ciudad.

No escucharé ni una queja más de mi padre."

Fue lo que pensó.

Cuando salía a la entrevista, el papá le aconsejó:

"Responde a las preguntas que se te hagan sin dudar. Incluso si no sabes la respuesta, menciónalo con confianza."

Él le dio más dinero del que realmente necesitaba para asistir a la entrevista.

El hijo llegó al lugar de la entrevista y se dio cuenta de que no había guardias de seguridad en la puerta.

Aunque la puerta estaba abierta hacia afuera, probablemente era una molestia para las personas que pasaban o entraban por ahí.

Él cerró la puerta y entró en la oficina.

En ambos lados del camino, pudo ver hermosas flores, pero el jardinero había dejado la llave abierta y el agua en la manguera no dejaba de correr.

El agua se desbordaba en el camino.

Él levantó la manguera, la cambió de lugar y la puso cerca de otras plantas que la necesitaban.

No había nadie en el área de recepción, sin embargo, había un anuncio donde decía que la entrevista sería en el primer piso.

Subió lentamente las escaleras.

La luz todavía estaba encendida a las 10 am, probablemente desde la noche anterior..

Él recordó la advertencia de su padre:

′′¿Por qué estás saliendo de la sala sin apagar la luz?"
parecía que podía escucharlo ahora.

Incluso sintiéndose molesto por éste pensamiento buscó el interruptor y apagó la luz.

Arriba, en un gran salón, vio a más personas sentadas, esperando a su vez.

Él miró la cantidad de personas y se preguntó si tenía alguna oportunidad de conseguir el trabajo.

Entró en el pasillo con algo de nervios y pisó el tapete de "Bienvenida", colocado cerca de la puerta, pero se dió cuenta de que estaba boca abajo.

Enderezó el tapete con algo de irritación.

Los hábitos son difíciles de olvidar.

Él vio que en las filas al frente había muchas personas amontonadas esperando, mientras que las filas de atrás estaban vacías y varios ventiladores estaban funcionando junto a estos asientos.

Él escuchó la voz de su padre de nuevo:

′′¿Por qué los ventiladores están conectados en el área donde no hay nadie?"

Apagó los ventiladores que no eran necesarios y se sentó en una de las sillas vacías.

Vio a muchos hombres entrar a la sala de entrevista y salir inmediatamente por otra puerta.

Así que no había manera de que alguien adivinara lo que se estaba preguntando en la entrevista.

Cuando llegó su turno, él se detuvo ante el entrevistador con cierta preocupación.

El responsable tomó sus papeles y sin mirarlos, preguntó:

- ¿Cuándo puedes empezar a trabajar?

Él pensó :

′′¿Será una pregunta capciosa que se está haciendo en la entrevista o es en serio que me están ofreciendo el trabajo?"

- ¿Qué estás pensando?, -preguntó el jefe-..
no le hacemos preguntas a nadie aquí, pues creemos que a través de ellas no podremos evaluar las habilidades de alguien.

Por lo tanto, nuestra prueba es evaluar las actitudes de la persona.

Hicimos algunas pruebas basadas en el comportamiento de los candidatos y observamos a todos a través de cámaras de CCTV.

Ninguno de los que vinieron aquí hoy, hizo nada para arreglar la puerta, la manguera, el tapete de bienvenida, apagar los ventiladores o las luces que estaban funcionando inútilmente..

Tú fuiste el único que lo hizo, por eso decidimos seleccionarte para el trabajo, -dijo el jefe-.

Él siempre solía molestarse con la disciplina de su padre, pero hasta ese momento, se dio cuenta de que gracias a ello, consiguió su primer trabajo.

Felicidades Mamá!! Grupo Libélula Psicólogos y Psic. Blanca Alicia González te reconoce con admiración tu grandiosa labo...
11/05/2024

Felicidades Mamá!! Grupo Libélula Psicólogos y Psic. Blanca Alicia González te reconoce con admiración tu grandiosa labor que día a día haces con dedicación y amor incomparable, TEN UN GRANDIOSO DÍA 🪻🌷🌻

Carlos, de 14 años, llora en su habitación mientras mira su móvil. Acaba de recibir otro mensaje de sus compañeros de cl...
03/07/2023

Carlos, de 14 años, llora en su habitación mientras mira su móvil.

Acaba de recibir otro mensaje de sus compañeros de clase y, tras secarse las lágrimas, se queda mirando la ventana.

Lo tiene decidido: hoy, acabará con su vida.

Carlos no es muy alto. Tiene el pelo corto y negro, usa gafas y está algo gordito. Tal vez sea porque nunca le ha gustado mucho el deporte; y practicarlo menos. Él siempre ha disfrutado mucho más leyendo un buen libro o haciendo puzles con su madre.

Últimamente, solo está con ella. Su padre murió cuando tenía 4 años, por lo que no recuerda nada de él. Tan solo lo que su madre le cuenta en esas tardes de puzles. O en cada Navidad, cuando, mientras decoran el árbol, se le escapa alguna lágrima contando lo mucho que lo quería.

Se levanta de la silla y se dirige a la ventana.

La abre.

Está bastante alta para poder subirse, pero tiene una idea: vuelve al escritorio y coge la silla.

La coloca junto a la ventana…

Carlos no recuerda cuando dejó de tener amigos. No es que antes tuviera muchos, pero sí se juntaba con algún que otro compañero. Le invitaban a los cumpleaños y ellos iban al suyo. Su madre preparaba algo de merendar y la casa se llenaba de gente.

- ¿Por qué no has ido al cumpleaños de Sergio? – le preguntó en una ocasión.

- Porque no me ha invitado.

- Pero si antes eráis muy amigos.

Carlos calla.

Su madre, no le dio importancia. “Cosas de críos”, pensó. Lo que ella no sabía es que a su hijo fue al único que no invitó.

Se sube a la silla.

Mira al frente.

Contempla el cielo.

Se asoma y ve a la gente pasar como hormiguitas. Son siete pisos de caída.

Comienza a llorar…

Llora al recordar la cara de su madre aquella tarde en la que, tras estar toda la mañana preparando comida, no fue nadie a su cumpleaños.

Su cara de dolor, de ver a su hijo llorar…

- No pasa nada, Carlos. Mejor. Así tenemos más para nosotros – le dijo abrazándole.

Carlos nunca preguntó a nadie por qué no fueron a su cumpleaños. Tampoco por qué dejaron de hablarle. Poco a poco le fueron aislando. No le importó.

Lo que sí le importó fue que, aquellos que antes eran sus amigos y que después dejaron de hablarle, comenzaran a reírse de él.

Al principio fueron risas sueltas en días aislados. Pero esas risas, que se clavaban en el alma, pasaron a ser constantes.

Y no solo en clase o dentro del colegio: lo seguían al salir de clase, le mandaban mensajes, le hacían fotos, le grababan en vídeo ridiculizándole…

La vida de Carlos acabó siendo un verdadero in****no.

Se sube a la cornisa.

Primero un pie. Luego otro.

Se agarra al marco de la ventana y vuelve a mirar al vacío.

Nadie se da cuenta que está ahí.

Un día, su madre se dio cuenta de que algo no iba bien: Carlos solo era feliz los fines de semana y los meses de verano. El resto del tiempo estaba triste o muy irascible.

Entonces fue a hablar con el director del colegio. También habló con los profesores. Ninguno de ellos vio nunca nada raro, pero le aseguraron que vigilarían de cerca. El problema era fuera del colegio donde ellos poco podían hacer.

Las lágrimas no le dejaban ver el cielo, ni la calle, ni las “hormiguitas”…

Se acuerda entonces del mensaje que le escribió a su madre: “Te quiero mamá. No ha sido culpa tuya. Siempre te querré”.

Se acuerda de las tardes haciendo puzles, de la Navidad decorando el árbol con su madre…

Respira hondo.

De los abrazos de su madre, de cómo cantaban y bailaban los dos en el salón de casa...

Se dispone a saltar.

Coge impulso.

Al mismo tiempo, en el salón, la madre lee la nota que le escribió. Nerviosa, comienza a llorar. Se le cae el papel al suelo. Su corazón late muy deprisa. Sale corriendo hacia la habitación de Carlos. La vista se le nubla.

“No por favor, Carlos, no. Por favor cariño, no”

Abre la puerta.

Ve la ventana abierta. La habitación está vacía.

No ve a Carlos.

Se queda blanca…

"No por favor, Carlos mi vida, no".

Y entonces, en un rincón, acurrucado en el suelo, escucha llorar a su hijo.

- No he podido mamá, lo iba a hacer, pero no he podido. Te quiero mamá.

Su madre llora como nunca ha llorado.

- Carlos, estoy aquí, hijo. Estoy aquí, y siempre lo estaré.

- Lo iba hacer mamá, pero quiero seguir haciendo puzles contigo, quiero cantar y bailar en el salón, quiero seguir decorando el árbol de Navidad…

- Y eso es lo que haremos.

En esta historia, Carlos, decidió vivir. Decidió que en esta vida aún le quedaban muchas cosas por disfrutar, por hacer. Pensó que, suicidándose, acabaría su in****no pero entonces comenzaría el de su madre.

¿Pero cuántos como Carlos acaban saltando?

¡¡¡NO AL ACOSO ESCOLAR!!!

No a cualquier acoso.

¿Cuantos habrán saltado por no encajar en esta vida, por no encajar en este mundo?

Cuidemos a nuestros niños y adolescentes.

Texto e imagen tomados de Internet.

LA VISITA ESPECIAL DE TITAHabía una vez hace muchísimo tiempo, una magnífica aldea que se encontraba situada en la profu...
29/06/2023

LA VISITA ESPECIAL DE TITA

Había una vez hace muchísimo tiempo, una magnífica aldea que se encontraba situada en la profundidad del bosque, la cual estaba habitada por un sin fin de ratoncitos, ellos eran respetuosos y gentiles además convivían en armonía,
Aquí también vivía una bondadosa y trabajadora ratoncita de nombre Tita, quien vivía con sus hijitos ratoncitos,
Tita trabajaba en un gran almacén de queso, todos los días salia contenta para realizar su faena.
Cierto día que Tita regresaba a casa, descubrió que en el aparador de una tienda se exhibía una hermosa vajilla, la cual estaba decorada por un llamativo listón rojo, lista para ser llevada,
Tita posó sus ojos en el cartel de presentación que decía,
"LLeve su vajilla y disfrute de una visita especial en su mesa"
Tita pensó que sería buena idea recibir en su humilde hogar a esa visita especial, entonces pensó que, aunque no contaba con suficientes pesetas pero el gasto valía la pena.
-Que buen precio, tiene que ser mia

Dirección

Blvd, Santa Fe #6029-1, Santa Fe 3ra Secc.
Tijuana
22654

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Martes 9am - 8pm
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