15/10/2025
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15 de octubre Día de los Niños No Nacidos
Hoy recordamos a los niños que por nunca haber respirado, no tienen nombre y son NN.
A los niños que nacieron durmiendo; los que tuvimos, pero no pudimos llevar a casa; los que llegaron a casa, pero no se quedaron; los que nunca conocimos; los niños intencionalmente abortados.
El 15 de octubre es el Día Internacional de las Pérdidas Gestacionales y Neonatales para honrar a los bebés perdidos antes o a poco de nacer. Es un día simbólico para el recuerdo de los niños que murieron durante el embarazo, el parto, o poco después de nacer, con velas, globos y ofrendas florales para honrar a estos niños y apoyar a las familias en duelo.
La pérdida de un hijo es una muerte antinatural para la que nadie está preparado y produce un gran impacto emocional y mental, y sin duda, es uno de los dolores más grandes que puede experimentar el alma humana. No hay nada que se pueda decir para desaparecer ese dolor, ni fórmulas mágicas que puedan aliviar la tristeza. Lo único que se puede ofrecer es un ABRAZO al corazón personalmente, o a la distancia, la promesa de que NO ESTÁN SOLOS, y muchas ORACIONES por ese niño y su familia, sus padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, porque… TODOS SUFREN.
Los niños que murieron durante el embarazo, el parto, o poco después de nacer, existen en nuestra alma, en nuestro corazón y en nuestra mente, y allí vivirán por siempre, y estarán con nosotros cada día de nuestra vida…
“Madre Bendita,
recibe a mi hijo no nacido en tus amorosas manos.
Permítele saber que mi amor por él no perecerá.
Bendíceme en esta tierra y ayúdame a pasar el dolor.
Bautízalo Tú en las aguas del Jordán,
para que no conozca la oscuridad.
Ayúdame a vivir los días, y que las noches pasen rápido.
Sostenme cuando no pueda hacer nada más que llorar.
Aumenta mi fe para que pueda ver a mi hijo vivir a Tu lado.
Perdóname cuando mi tristeza me ponga indiferente.
Dile a mi hijo que hay un lugar para él en mi corazón,
que anhelo esté pleno de la Gracia Divina de Dios.
Y, cuando Dios me llame a su presencia, que yo pueda entrar en el Cielo.
Tú Madre, espérame con él a Tu lado para que pueda abrazarlo
y amarlo como aquí no pude. Amén”