24/07/2025
“Los niños deben dormirse temprano…”
Sí. Pero dormirse no es un botón, es una transición.
Y para un niño, pasar del juego al descanso es como frenar una montaña rusa sin frenos.
Muchos padres exigen sueño inmediato, pero no preparan el terreno: gritos antes de dormir, pantallas encendidas, horarios irregulares, exceso de estímulos… ¿y después? Se desesperan porque el niño no se duerme “a tiempo”.
Dormirse temprano no es solo cuestión de disciplina. Es una danza entre el cuerpo, las emociones, el ambiente y la rutina. Si el niño no duerme, no es solo que “no quiera”. Quizá no puede. Y ahí es donde el adulto tiene que dejar de exigir… y empezar a acompañar.
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🧠 ¿Por qué muchos niños no se duermen temprano?
1. Están sobreestimulados
• Pantallas, luces brillantes, juegos activos antes de dormir.
• El cerebro no puede “apagar” de inmediato.
2. No tienen una rutina consistente
• Irse a dormir a diferentes horas cada noche desregula el reloj biológico.
3. Tienen ansiedad por separación
• Algunos niños temen estar solos, tienen miedo a la oscuridad o simplemente extrañan a sus papás.
4. No han bajado el ritmo corporal
• Necesitan actividades de transición: baño tibio, lectura, luces tenues, música suave.
5. Tienen desorden en sus horarios del día
• Si duermen siesta muy tarde o cenan muy tarde, les cuesta conciliar el sueño.
6. Su ambiente no favorece el descanso
• Luces encendidas, ruidos, tele prendida, colchón incómodo, calor/frío.
7. Cansancio emocional acumulado
• Los niños que tuvieron un día muy estresante pueden estar irritables al dormir.
• El sueño no llega porque su sistema nervioso está en alerta.
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✅ ¿Qué se puede hacer?
• Crear una rutina nocturna repetitiva y predecible.
• Evitar pantallas al menos 1 hora antes de dormir.
• Favorecer un ambiente tranquilo: luz tenue, voz suave, temperatura adecuada.
• Validar emociones: “Veo que te cuesta dormir. Estoy aquí contigo.”
• Incluir cuentos, masajes suaves o ejercicios de respiración.
• Ser pacientes: el sueño no se impone, se acompaña.