06/11/2025
Te invitamos a leer nuestras calaveritas literarias y reaccionar a la que más te guste.
Tu participación ayudará a reconocer la creatividad y el talento de todos los participantes. 💀❤️
2. CALAVERITA LITERARIA
Un día la huesuda llegó sin aviso,
buscando relajo, chisme y hechizo.
Con su falda larga y sonrisa coqueta,
dijo: “aquí huele a fiesta completa”.
Primero vio a *Pamela,* tomando café,
le guiñó un ojo y le dijo: “¿y pa’ mí qué?”
*Pamela* le contestó con risa traviesa:
“solo si firmas mi lista de asistencia”.
*Armando* corrió al verla llegar,
“¡yo no hice nada, me quiero salvar!”.
La calaca rió de oreja a oreja:
“te llevo por chismoso, y no hay moraleja”.
*Angie* y *Itzel* platicaban sin parar,
de novios, series y qué cocinar.
La flaca cansada les dijo burlona:
“¡de tanto hablar, me duele la corona!”.
*Yare* muy seria quiso escapar,
pero la huesuda la fue a alcanzar.
“¡Deja ese Excel y ven a bailar!”,
gritó la muerte sin pestañear.
*Edith,* muy lista, trató de razonar:
“mire, señora, yo debo trabajar”.
Pero la muerte, con mucha emoción,
le dijo: “te llevo, ¡por tanta perfección!”.
*Yatziri* decoraba con gran emoción,
puso papel picado y hasta un panteón.
La calaca feliz, al verla brillar,
le pidió tips pa’ su altar decorar.
La *Doc. Itzel* muy atenta estaba, la flaca llegó y la observaba.
“¡Tanta paciencia y gran corazón!”, dijo la muerte, “te llevo de vocación”.
*Eduardo* y *Alan* jugaban bromitas,
la flaca gritó: “¡qué buenas risitas!”
“Con ustedes me quedo”, dijo encantada,
“¡la huesuda también es risueña y malvada!”.
*Luis* muy callado, en su rincón,
fingía escribir con gran concentración.
La muerte le dijo: “no te hagas el serio,
también te llevo al cementerio”.
*Ayde* y *Bárbara* planeaban reunión,
la flaca escuchó y se metió al salón.
“Si hay pastel, yo también me invito”,
y se sentó con plato y apetito.
*Diana Laura* cantaba un corrido,
la calaca gritó: “¡eso está divertido!”.
Y entre mariachi, tequila y emoción,
bailaron juntas toda la canción.
*Gustavo* tocaba guitarra sin fin,
mientras *Miriam* cantaba un motín.
La muerte aplaudía, feliz y contenta,
“¡me los llevo al panteón, pero con orquesta!”.
*Raymundo* al final quiso escapar,
cerró la puerta sin mirar atrás.
Pero la flaca, más rápida que un tren, lo jaló del s**o y le dijo: “¡también tú ven!”.
Y así terminó la historia mortal, la Catrina feliz en su festival.
Dijo riendo: “¡qué gran diversión!,
con este equipo no hay resurrección”