18/11/2018
ADN y ALFALFA, la pareja perfecta para erradicar y prevenir el cáncer. El ADN es nuestro programa de vida. Nuestro ADN se origina en el momento de nuestra concepción. Nuestra Madre en sus momentos de fertilidad coloca un óvulo fecundable con 23 cromosomas, eso es nuestra herencia Materna. Nuestro Padre propone, en una sola exposición, millones de espermatozoides y solamente uno de ellos termina en su objetivo, cuya tarea es la de entregar la carga contenida en él de 23 cromosomas, eso es nuestra herencia Paterna, entonces tenemos ahí los 23 pares de cromosomas que contienen toda la infinita sabiduría que nos construyó. Recordemos que aquel que construye algo, lo que sea, tiene LA CAPACIDAD DE RECONSTRUIRLO, esta es la clave de nuestro entendimiento para la aceptación. Con el tiempo y en un término de 9 meses nuestra Madre nos expulsa al mundo como un nuevo ser humano, sano y perfectamente constituido. Reflexionando que es lo que sucede desde el momento de la concepción hasta el nacimiento podemos comprender someramente, pero muy someramente, detalles claves del suceso. Cada célula que se formó para construirnos totalmente proviene del ADN, cada célula construida lleva en su núcleo celular el ADN original y en él, un número progresivo codificado particular para todos y cada uno de los órganos en que nos componemos, así que podemos concluir que en el ADN está establecido el número de células definidas para todos y cada uno de nuestros órganos, hasta en número de cabellos hemos de tener. Se dice que el cuerpo humano es un templo de Dios. También se dice que ser humano es la OBRA MAESTRA DIVINA y nadie, con un poquito de raciocinio, acepta una obra de arte sin su artista, todo artista firma su obra. EL ADN ESTABLECIDO EN CADA CÉLULA, ES LA FIRMA DE SU CREADOR, DE NUESTRO CREADOR, DE NUESTRO DIOS. Con esto se confirma lo dicho de que el cuerpo Humano es un templo de Dios. Tomando como principal actor y aliado para remitir a la mortal enfermedad del cáncer, lo que nos resta es el reconocer que en los nutrientes de la ALFALFA se concentran todos las materias primas necesarias e indispensables para tal efecto.