11/10/2025
Tu trabajo no es controlar.
Tu trabajo es emprender el viaje y disfrutarlo.
(D. Heer)
Controlar nació para protegerte, lo sé —es una función útil del cuerpo/mente— pero también puede volverse una jaula elegante. ¿Para qué quieres controlarlo todo? ¿Qué tanto te está costando mantener esa historia de seguridad?
Desde el lugar del control hay beneficios: orden, previsibilidad, menos riesgo. Desde el lugar de la conciencia hay una pregunta potente: ¿y si hay otra manera de Recibir sin que el control te gobierne? ¿Qué más es posible si eliges soltar un poco la necesidad de tenerlo todo resuelto?
Cuando el Humano quiere controlar, está cuidando su historia. ¿Qué sería estar dispuesto a cuestionar esa historia ahora? ¿Qué sería estar dispuesto a probar algo diferente, aunque no tenga garantías?
No se trata de dejar de cuidar lo importante. Se trata de expandir la elección:
• Recibir desde la presencia en vez de cuidar desde el miedo;
• Elegir con facilidad en vez de manejar el resultado;
• Abrir espacio para recibir lo no previsto.
Te invito a una pregunta: ¿Qué energía quieres SER respecto a tu vida: la energía que lo controla todo o la energía que lo disfruta mientras se permite sorprender?
Respira. Pregunta. Elige. Y recuerda: la vida es un viaje —no un problema a resolver— así que ¿por qué no aprender a disfrutarlo?
¿Qué más es posible para ti cuando decides dejar de controlar y empezar a g***r el viaje?
J. Medina