29/11/2025
La historia de Ramón: el día que descubrieron un sarcoma en su lengua
Ramón, un hombre de 54 años, siempre había sido de buen comer. Por eso, cuando empezó a notar que masticar le costaba más de lo normal, pensó que quizá era estrés, o una muela mal acomodada. Pero con el paso de las semanas, la molestia no solo persistió: algo en su lengua empezó a cambiar.
Una mañana, mientras se cepillaba los dientes, vio algo que lo alarmó. En el centro de una mancha blanca que llevaba años ahí —tan familiar que casi había dejado de verla— ahora había aparecido una pequeña lesión marrón. No dolía, no sangraba… pero estaba creciendo. En apenas dos meses, ya le estorbaba para comer.
Ramón no fumaba ni bebía alcohol, así que jamás pensó que podría tratarse de algo grave. Pero decidió acudir a la clínica de cirugía oral y maxilofacial.
Allí, el especialista encontró una masa dura, bien delimitada, de unos 8 x 7 mm, asentada sobre esa vieja mancha blanca en el lado derecho de su lengua. No había ganglios inflamados en el cuello, lo cual le dio un poco de tranquilidad… aunque no suficiente.
Le realizaron una biopsia incisional. Ramón recuerda perfectamente la llamada del médico:
—Ramón, ya tenemos el resultado. Es un sarcoma fusocelular indiferenciado de alto grado.
El mundo se detuvo.
El médico le explicó que era un tumor raro, agresivo, que crece rápido, y que había que actuar de inmediato. Ramón, aún en shock, solo alcanzó a decir:
—Doctor, hágame lo que haya que hacer.
El tratamiento no fue sencillo. Se sometió a una hemiglosectomía, una cirugía en la que tuvieron que retirar la mitad de su lengua afectada por el tumor. Luego vinieron los ciclos de quimioterapia, con días buenos y muchos no tan buenos.
Pero Ramón no se rindió.
Un año después de terminar la quimio, regresó a consulta para su control. El médico sonrió antes de hablar:
—No hay evidencia de recurrencia.
Ramón respiró hondo, como si volviera a llenar de aire una parte de su vida que había estado comprimida. Solo quedaba una leve dificultad para tragar… un pequeño recordatorio de la batalla que enfrentó.
Hoy, Ramón comparte su historia para que otros no ignoren los cambios en su cuerpo. Lo que empezó como una mancha blanca inocente terminó siendo una advertencia silenciosa.
Y gracias a la detección oportuna, sigue aquí para contarlo.
Crédito a medicina clínica