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"En las últimas décadas han surgido -y han adquirido una enorme fuerza disciplinaria - toda una fétida hornada de dispos...
19/10/2024

"En las últimas décadas han surgido -y han adquirido una enorme fuerza disciplinaria - toda una fétida hornada de dispositivos emocionales de control que adocenan e incluso llegan a anular nuestra paciencia de pensar y actuar. El pensamiento positivo, el coaching emocional, la resiliencia, el crecimiento personal, la autoayuda más ramplona, el neoestoicismo que invita a soportar con indolencia los contratiempos vitales y los mensajes melosos del pensamiento mágico ("si quieres, puedes", "las crisis son oportunidades para crecer") colapsan las librerias, copan los espacios mediáticos, saturan y malversan el ánimos de una ciudadanía desorientada a la que hacen creer que todo remedio para nuestras contrariedades y obstáculos pasa por una solución individual: si tú te cuidas, todo estará bien, si sanas tu mirada, el mundo te devolverá todo su esplendor. Esta clase de mensajes y consignas han introducidos al individuo contemporáneo en un sentimiento endémico de soledad en el que el autocuidado, el autoconocimiento y la auto satisfacción han abocado a los sujetos a un onanismo emocional que olvida y desprecia la dimensión social y compartida de nuestra vida."
González Serrano, C. J. (2024). Una filosofía de la resistencia (p. 19). España: Ediciones Destino.

En las últimas décadas han surgido - y han adquirido una enorme fuerza disciplinaria - toda una fétida hornada de dispos...
19/10/2024

En las últimas décadas han surgido - y han adquirido una enorme fuerza disciplinaria - toda una fétida hornada de dispositivos emocionales de control que adocenan e incluso llegan a anular nuestra potencia de pensar y actuar. El pensamiento positivo, el coaching emocional. La resiliencia, el crecimiento personal, la autoayuda mas ramplona, el neoestoicismo que invita a soportar con indolencia los contratiempos vitales y los mensaje melosos del pensamiento mágico (“si quieres puedes”, “las crisis son oportunidades para crecer”) colapsan las librerías, copan los espacios mediáticos y saturan y malversan el ánimo de una ciudadanía desorientada a la que hacen creer que todo remedio para nuestras contrariedades y obstáculos pasan por una solución individual: si tu te cuidas, todo estará bien; si sanas tu mirada, el mundo te devolverá todo su esplendor. Esta clase de mensajes y consignas han introducido al individuo contemporáneo en un sentimiento endémico de soledad en el que el autocuidado, el autoconocimiento y la autosatisfacción han abocado a los sujetos a un onanismo emocional que olvida y desprecia la dimensión social y compartida de nuestra vida.
González Serrano, C. J. (2024). Una filosofía de la resistencia (p. 19). España: Ediciones Destino.

La Salud Mental en el Contexto del Capitalismo ContemporáneoLa salud mental se ha convertido en un tema de creciente pre...
06/10/2024

La Salud Mental en el Contexto del Capitalismo Contemporáneo

La salud mental se ha convertido en un tema de creciente preocupación en el contexto del capitalismo contemporáneo. Según Fisher (2009), el realismo capitalista ha permeado todas las áreas de la experiencia contemporánea, lo que ha llevado a una normalización de la infelicidad y el malestar psicológico. En este sentido, Oliver James (2008) argumenta que "la cultura del consumo compulsivo y la búsqueda de gratificación instantánea han contribuido a un aumento de los trastornos mentales en la sociedad actual”. Esta afirmación resalta cómo el entorno capitalista puede influir en la salud mental de los individuos, convirtiendo la búsqueda de la felicidad en una fuente de ansiedad y descontento.

Por otro lado, Deleuze y Guattari (2000) proponen que "la locura no es una categoría natural, sino política”. Esta perspectiva sugiere que los trastornos mentales deben ser entendidos en el contexto de las estructuras sociales y económicas que los producen. En un sistema capitalista que prioriza el crecimiento y la productividad, las personas pueden sentirse atrapadas en un ciclo de ansiedad y depresión, lo que pone de manifiesto la necesidad de repensar la salud mental como un fenómeno que trasciende lo individual.

El concepto de hedonismo depresivo, introducido por Fisher, se relaciona estrechamente con la idea de un capitalismo egoísta, como lo describe James. El hedonismo depresivo se refiere a una condición en la que la búsqueda de placer se convierte en un fin en sí mismo, pero a menudo resulta en una profunda insatisfacción y vacío emocional. Fisher (2009) señala que "la incapacidad para hacer cualquier cosa que no sea buscar placer" se convierte en una característica definitoria de la juventud contemporánea. Este ciclo de búsqueda y decepción puede ser visto como un reflejo de un capitalismo que prioriza el interés individual sobre el bienestar colectivo, exacerbando problemas de salud mental en la población.

La intersección entre la salud mental y el capitalismo plantea preguntas importantes sobre la responsabilidad social y la necesidad de un enfoque más colectivo para abordar estos problemas. Como señala James (2008), "la salud mental no puede ser vista únicamente como un problema individual, sino que debe ser entendida como un síntoma de un sistema que falla en proporcionar bienestar a sus ciudadanos”. Esta visión crítica invita a una reflexión sobre cómo las políticas y prácticas sociales pueden ser reformadas para mejorar la salud mental en un contexto capitalista. La necesidad de un cambio estructural se vuelve evidente, ya que las soluciones individuales no son suficientes para abordar las raíces del malestar psicológico.

Además, es fundamental considerar cómo la cultura del consumo y la presión por el éxito personal afectan la salud mental de las personas. La constante comparación con los demás, alimentada por las redes sociales y la publicidad, puede intensificar la sensación de insuficiencia y ansiedad. Fisher (2009) argumenta que "la larga y negra noche del fin de la historia debe considerarse una oportunidad inmejorable" para repensar nuestras prioridades y valores en la búsqueda de un bienestar auténtico. En este sentido, es crucial fomentar un diálogo sobre la salud mental que reconozca las interconexiones entre el individuo y el sistema, promoviendo un enfoque más holístico y comunitario.

Como conclusión, podemos afirmar que la salud mental en el contexto del capitalismo contemporáneo es un fenómeno complejo que demanda una comprensión crítica de las estructuras sociales y económicas que lo sustentan. Los conceptos de hedonismo depresivo y capitalismo egoísta nos permiten desentrañar las dinámicas que contribuyen al malestar psicológico en la sociedad actual. Al reconsiderar nuestra relación con el placer y la satisfacción, así como al abordar la salud mental desde una perspectiva más integral, podemos comenzar a vislumbrar soluciones que promuevan un bienestar auténtico y sostenible.

Referencias
1. Deleuze, G., & Guattari, F. (1985). El anti-Edipo: Capitalismo y esquizofrenia (F. Monge, Trad.). Barcelona, España: Ediciones Paidós Ibérica. (Obra original publicada en 1972).
2. Fisher, M. (2009). Realismo capitalista: ¿No hay alternativa? (C. Iglesias, Trad.). Titivillus. (Edición digital ePub r1.0).
3. James, O. (2009). El capitalista egoísta. España: Codice Ediciones.

La escasez artificial del tiempo y el aumento del deseo en la Sociedad ContemporáneaEn la sociedad industrial avanzada, ...
01/09/2024

La escasez artificial del tiempo y el aumento del deseo en la Sociedad Contemporánea

En la sociedad industrial avanzada, la escasez artificial de tiempo se ha convertido en una característica definitoria de la vida moderna. A pesar de los avances tecnológicos que podrían permitir una reducción significativa de la jornada laboral, las estructuras económicas y sociales actuales perpetúan un ritmo frenético que deja poco espacio para la reflexión y el disfrute. Herbert Marcuse argumenta que esta organización del trabajo no solo es innecesaria, sino que también es perjudicial, ya que impide a los individuos alcanzar un equilibrio entre sus necesidades y deseos. La posibilidad de trabajar menos y vivir de manera más plena se ve obstaculizada por un sistema que prioriza la producción constante y el consumo voraz, dejando a las personas atrapadas en un ciclo de agotamiento y descontento.

Simultáneamente, la escasez artificial de bienes se manifiesta en la forma en que se producen y distribuyen los productos en la sociedad. A pesar de la capacidad de producción masiva, muchos de los bienes que se ofrecen no son realmente necesarios para el bienestar humano. En lugar de satisfacer necesidades auténticas, la producción se orienta hacia la creación de deseos superficiales, alimentados por la publicidad y la cultura del consumo. Marcuse señala que esta dinámica transforma a los individuos en meros consumidores, quienes buscan llenar un vacío existencial a través de la adquisición de bienes que, en última instancia, no contribuyen a su felicidad o realización personal. La ilusión de abundancia se convierte así en una trampa que perpetúa la insatisfacción y la alienación.

El aumento del deseo, impulsado por la escasez artificial de bienes y la presión del consumo, se convierte en un motor que alimenta la producción. A medida que las personas son condicionadas a desear más, el sistema responde con una producción aún mayor, creando un ciclo vicioso que refuerza la dependencia del consumo. Esta dinámica no solo desvía la atención de las necesidades reales de los individuos, sino que también perpetúa un modelo económico que prioriza el crecimiento sobre el bienestar. En este contexto, la crítica de Marcuse se vuelve esencial: es necesario cuestionar y desafiar las estructuras que generan esta escasez artificial y el deseo insaciable, para poder imaginar una sociedad donde el tiempo y los recursos se utilicen de manera más equitativa y significativa, permitiendo así una vida más plena y auténtica.
Marcuse, H. (1964). El hombre unidimensional: ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada. Planeta-Agostini.

“Retornemos por el momento a la ideología propia del ocio. El reposo, la distensión, la evasión, la distracción probable...
25/08/2024

“Retornemos por el momento a la ideología propia del ocio. El reposo, la distensión, la evasión, la distracción probablemente sean «necesidades», pero no definen por sí mismas la exigencia propia del ocio que es el consumo del tiempo. El tiempo libre puede ser toda la actividad lúdica con que lo llenamos, pero es, ante todo, la libertad de perder el propio tiempo, eventualmente de «matarlo», de gastarlo a pura pérdida. (Por lo que resulta insuficiente decir que el ocio está «alienado» por el hecho de que sólo es el tiempo necesario para reconstituir la fuerza de trabajo. La «alienación» del ocio es más profunda: lo esencial no es que esté directamente subordinado al tiempo de trabajo, sino que esta ligado a la imposibilidad de perder el propio tiempo”
Baudrillard, J. (2009). La sociedad de consumo: Sus mitos, sus estructuras (A. Bixio, Trad.; L. E. Alonso, Estudio introductorio, p. 191). España: Siglo XXI.

Baudrillard argumenta que la alienación del ocio es más compleja de lo que comúnmente se percibe, ya que no se limita a la subordinación del ocio al tiempo de trabajo. Más bien, se refiere a la imposibilidad de perder el tiempo de manera auténtica. En lugar de trivializar el ocio, deberíamos considerarlo como un auténtico espacio para la reflexión y la vida contemplativa.

“La vida digitalizada se organiza en torno a su propia representación y no al revés. De esta forma, se invierte la idea ...
11/08/2024

“La vida digitalizada se organiza en torno a su propia representación y no al revés. De esta forma, se invierte la idea de que la representación procura presentar una imitación de algo real (la vida). Ahora la vida imita a su representación digital. Se conduce en función de esta última, convirtiéndose en vida fake. Cuando mi perfil de redes sociales no me representa, sino que yo construyo mi identidad en torno suyo; cuando mi avatar se convierte en el punto de referencia de mi identidad, mi vida es una vida fake. La imagen se eleva a referente, y el referente se degrada a imagen. Así, la vida dispone sus cosas, elabora sus gestos, calcula sus posiciones, ambienta sus contextos, maquilla sus defectos, configura sus actitudes, formatea sus movimientos, en función de su propia representación digital. En esto consiste su frivolidad: en volverse mera imagen (digital) de sí.”
Laje, A (2023) Generación id**ta. Una crítica al adolescentrismo. (p, 131) México: Harper Collins
Imagen: RecFaces

El resentimiento en internet El régimen de desigualdades múltiples coexiste con el boom de la comunicación digital. Acas...
09/08/2024

El resentimiento en internet
El régimen de desigualdades múltiples coexiste con el boom de la comunicación digital. Acaso no se diga nada nuevo sobre esos soportes, pero la manera como se habla y se comunica en ellos es tan radicalmente nueva que transforma la expresión de las opiniones y los procesos de presentación de uno mismo en un espacio público. La posibilidad brindada a todos de expresarse en internet puede considerarse como un progreso democrático: reduce la distancia entre quienes hablan y quienes se callan, entre las palabras autorizadas y las palabras prohibidas. Cualquiera puede reaccionar, compartir su opinión, dar testimonio de su experiencia personal. Movimientos sociales nacen en la red y tienen efectos reales, como el movimiento MeToo, los llamados a manifestarse por el ambiente, por los refugiados, o contra los impuestos y el precio del combustible. Es preciso, pues, desconfiar de una crítica a priori de la opinión digital, una crítica que participa de la larga historia de la desconfianza hacia una palabra popular siempre sospechada de irracional, pasional, egoísta, incapaz de elevarse hacia la razón y el interés general. La capacidad de decir públicamente las propias emociones y opiniones hace de cada uno de nosotros un militante de su propia causa, un cuasi movimiento social de uno solo, porque ya no es necesario asociarse a otros y organizarse para acceder al espacio público. A menudo, las pasiones tristes invaden esta expresión directa cuando no hay mediaciones ni filtros que aplaquen las reacciones de los internautas. Por ello, ante cada suceso de la crónica diaria, cada declaración política, cada experiencia desagradable en el transporte público, cada partido de fútbol, cualquiera puede dejarse arrebatar por la ira, el racismo, la denuncia, los rumores, las teorías conspirativas. La ira y el resentimiento, hasta aquí encerrados en el espacio íntimo, acceden a la esfera pública. La privatización y la inmediatez de la crítica hacen que no solo se denuncie la transformación del mundo, a la patronal, a los políticos y a las élites, sino también al jefe, al vecino, al fascista, al izquierdista, al inmigrante, al alcalde, al profesor, al médico de cada quien… y al otro internauta que no ha denunciado a estos mismos. Si la expresión de la ira es tan inmediata es porque cada uno está solo frente a su pantalla y escapa a las coacciones de la interacción. En efecto, la conversación cara a cara o en un pequeño grupo obliga a tener en cuenta las reacciones del otro, a anticiparlas, a preservar el honor de los demás, a prever los argumentos opuestos, a calmar los ánimos. Cuando uno quiere que la relación se sostenga, no puede dejarse llevar al extremo de la ira y los insultos. Las interacciones sociales mantienen una memoria de los intercambios, mientras que internet borra rápidamente los gritos y las vociferaciones. En la web todo puede decirse sin autocensura (o sin civilidad, para utilizar una palabra más positiva).
Dubet, François (2020) La época de las pasiones tristes. De cómo este mundo desigual lleva a la frustración y el resentimiento, y desalienta la lucha por una sociedad mejor. (Pág. 58). Buenos Aires: Siglo XXI.

El capitalismo de la vigilancia es el titiritero que mueve los hilos delomnipresente aparato digital e impone su volunta...
06/08/2024

El capitalismo de la vigilancia es el titiritero que mueve los hilos del
omnipresente aparato digital e impone su voluntad a través de este. A partir de ahora, llamaré a ese aparato Gran Otro: este es el títere sensitivo, computacional y conectado que transfiere, convierte, monitoriza, computa y modifica la conducta humana. El Gran Otro combina esas funciones de conocimiento y de actuación para crear un medio de modificación conductual ubicuo y sin precedentes. La lógica económica del capitalismo de la vigilancia se orienta —a través de las ingentes capacidades del Gran Otro— a
la producción de poder instrumentario: reemplaza así la ingeniería de las almas por la ingeniería de la conducta. El poder instrumentario cultiva un inusual «modo de conocimiento» que
compagina la «indiferencia formal» de la cosmovisión neoliberal con la perspectiva observacional del conductismo radical (véase la figura 4). Gracias a las capacidades del Gran Otro, el poder instrumentario reduce la experiencia humana a comportamientos observables medibles sin dejar de mantenerse absolutamente indiferente al significado de esa experiencia. Llamo a esta nueva forma de conocer indiferencia radical. Se trata de una forma de observación sin testigos que produce la otra cara de la moneda de lo que sería una religión política violenta íntima, y que lleva la firma de un tipo totalmente diferente de caos: el del remoto y abstracto desprecio de unos sistemas impenetrablemente complejos y los intereses que los crean, un desprecio que arrastra a los individuos en una rápida corriente para que se cumplan los fines de otros. Es en el medio ambiente formado por ese robotizado velo de abstracción donde tienen lugar nuestras presuntas relaciones sociales y nuestros supuestos intercambios económicos.
Zuboff, S. (2020). La era del capitalismo de la vigilancia: La lucha por un futuro humano frente a las nuevas fronteras del poder (A. Santos, Trad., p. 354). Barcelona: Paidós.

“El disenso como rechazo de la autoridad y el poder - político o eclesiástico, real simbólico – constituye el gesto ordi...
23/07/2024

“El disenso como rechazo de la autoridad y el poder - político o eclesiástico, real simbólico – constituye el gesto ordinario de la civilización occidental, desde Adán y Eva hasta Prometeo, desde Platón hasta Kant y , por eso mismo, crea una tensión en la conciencia del individuo que siente de manera diferente, y que puede organizar socialmente su propio sentir en contra de las estructuras del poder y del orden político, es decir, contra aquellas realidades que, al menos en la tradición occidental, desde siempre se connotan como deseo de orden y estabilidad, de consenso y creación de aquella docilidad irreflexiva que se llama obediencia” Fusaro, D. (2022). Pensar diferente: Filosofía del disenso (M. Ferrante, Trad.). España: Editorial Trotta S.A. Pág. 18

"En la modernidad tardía, que es la era digital, tratamos de disimular la desnudez de la vida y de ocultar el absurdo vi...
23/05/2024

"En la modernidad tardía, que es la era digital, tratamos de disimular la desnudez de la vida y de ocultar el absurdo vital a base de estar permanentemente posteando, dándole al boton de "me gusta" y compartiendo. El ruido de la comunicación y de la información impide que se nos revele el aterrador vacío vital. La crisis actual no consiste en "vivir o narrar", sino en "vivir o postear". Tampoco la adicción a los selfis se explica por un narcisismo, sino que es más bien el vacío interior lo que causa esa adicción. El yo ya no encientra ofertas de sentido que puedan proporcionarle una identidad estable. Ante el vacío interior, el yo crea una imagen de sí mismo y la escenifica permanentemente. Los selfis reproducen la forma vacía del yo"
Han, Byung-Chul (2024) La crisis de la Narración. 1° ed. Barcelona: Herder (Pág. 31)

Foto : by Bloghemia

“Cuantos mas datos se compilen acerca de una persona, tanto mejor se la podrá vigilar, manejar y explotar económicamente...
29/04/2024

“Cuantos mas datos se compilen acerca de una persona, tanto mejor se la podrá vigilar, manejar y explotar económicamente. El phono sapiens cree que solo está jugando, pero en realidad lo están explotando y lo manejan por completo. El smartphone como campo de juegos resulta ser un panóptico digital”.
Han, Byung-Chul (2024) La crisis de la Narración. 1° ed. Barcelona: Herder
Imagen Santiago Daza - Infogram

"El ser humano es un animal narrans, un animal narrador. Nuestra vida, sin embargo, no esta siendo determinada por un re...
28/03/2024

"El ser humano es un animal narrans, un animal narrador. Nuestra vida, sin embargo, no esta siendo determinada por un relato vinculante, coercitivo, que nos pueda dar sentido y orientación. Estamos muy bien informados, pero carecemos de orientación debido a la ausencia de un relato. Si la felicidad humana, como dice Nietzsche, depende de que haya una «verdad indiscutible», entonces estamos totalmente desprovistos de felicidad. La verdad es un relato. Las informaciones, por el contrario, son aditivas. No se condensan en un relato. Las informaciones refuerzan la tormenta digital de contingencias y agudizan la falta de ser. Nada promete compromiso y duración. La contingencia intensificada desestabiliza la vida."

HAN, Byung-Chul (2023) Vida contemplativa. Elogio de la inactividad. (pág. 65). 1° ed. Colombia: Ta**us

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