20/11/2025
🧬 Estudios recientes revelan algo sorprendente: muchas enfermedades nacen de heridas emocionales no sanadas💫
Durante años, la ciencia se ha enfocado casi exclusivamente en el cuerpo físico para explicar el origen de nuestras enfermedades. Sin embargo, en la última década, múltiples investigaciones en psiconeuroinmunología, epigenética del trauma y neurobiología del estrés han encontrado un patrón que confirma algo que las culturas ancestrales sabían desde hace milenios:
> Nuestros síntomas físicos muchas veces no vienen del cuerpo… vienen del alma herida.
🧠 ¿Qué está encontrando la ciencia?
Estudios realizados por instituciones como la American Psychological Association, el Trauma Research Foundation y universidades como Harvard y Stanford han descubierto que:
Las experiencias traumáticas en la infancia alteran la química del cerebro, especialmente en áreas que regulan el miedo, el estrés y la percepción de uno mismo.
El cuerpo, al no comprender emocionalmente lo ocurrido, almacena la experiencia en forma de tensión crónica, inflamación o respuestas automáticas.
Con el tiempo, estas respuestas acumuladas se manifiestan como:
ansiedad
depresión
enfermedades autoinmunes
gastritis crónica
migrañas
problemas dermatológicos
y hasta dolores que “no muestran daño físico”, pero existen
La neurociencia lo describe como “memoria somática”: el cuerpo recuerda lo que la mente intenta olvidar.
👶 ¿De dónde viene todo esto?
La ciencia ha identificado que las heridas que más afectan nuestra salud se forman en tres etapas clave:
1. Infancia (0–7 años): cuando absorbemos todo sin filtro
2. Niñez (7–12 años): cuando empezamos a entender el mundo
3. Adolescencia (13–19 años): cuando buscamos identidad
Si en esas etapas recibimos:
críticas constantes
abandono emocional
violencia
burlas
invalidación
exigencias imposibles
o simplemente amor condicionado
entonces el cuerpo registra una sola cosa:
> “No soy suficiente. No estoy seguro. No soy digno de amor.