27/10/2021
Te voy a contar un secreto. Cuando tenía siete u ocho años una profesora me envió al psicólogo porque decía que era muy infantil y hacía dibujos en todas partes. Me da igual si cambias dibujar por escribir, bailar, cantar o cualquier forma de expresarte libremente... Parece que eso solo es propio de niños.
El psicólogo dijo que yo era "normal", pero lo que yo aprendí es que dibujar ya no estaba bien visto en la escuela y que debía dejar de hacerlo o pintar en la clandestinidad. Es curioso, a veces ya no solo tienes que luchar contra las ideas o percepciones de ti mismo si no también con las ideas que te meten otros.
De alguna forma dejé de dibujar, mi mente se cuadriculó. Estudié algo práctico o adulto, y con treinta años me di cuenta que no estaba feliz así que tuve que volver a escucharme y me lancé a estudiar ilustración en la escuela de arte.
Cuando somos pequeñitos me da la sensación de que somos libres. Queremos jugar, pasarlo bien, conocer, experimentar. Algo ocurre a medida que crecemos que empezamos a compararnos, hacer las cosas para agradar a los demás, imponernos objetivos, buscar la perfección y ser esclavos de la autoexigencia. Dejamos de escucharnos y damos peso a otras voces.
Luego en la edad adulta comenzamos una búsqueda para recuperar eso que perdimos. Cambiamos trabajos, comenzamos de nuevo. Hacemos terapia, yoga, pilates. Volvemos a aprender a respirar, no compararnos, no controlar... intentamos volver a jugar de nuevo con la vida. Es como si tuviéramos que olvidar muchas cosas para intentar volver a encontrarnos.
Van Gogh dijo: "Si escuchas una voz en tu interior que te dice que no puedes pintar. ¡Pinta! Y esa voz se callará." Quizá hay que silenciar esas voces que no son tuyas
Con esto no digo que sea fácil. La vida es complicada, hay que lucharla pero también hay que tener el valor de escucharse. ¡Ánimo!
Pd. Este post va a dedicado a esa profesora.🤣🤣🤣