11/18/2021
Ajuar funerario y tumba de Pakal En El Grande (Museo Nacional de Antropología e Historia en la Ciudad de México).
La cripta funeraria del Templo de las Inscripciones en Palenque (Chiapas), es tal vez el mausoleo más complejo del Clásico, concebido para contener los restos mortales de K'inich Hanab Pakal, o Pakal El Grande. El sarcófago contenía el cuerpo envuelto en un fardo funerario y cubierto con cinabrio, mineral de color rojo muy tóxico, adornado con numerosos objetos de jade (los originales) qué se muestran en el Museo Nacional de Antropología en una reproducción moderna del cuerpo de Pakal. La máscara mortuoria de jade, hecha con más de 200 placas talladas, pulidas y perfectamente ensambladas, es una pieza extraordinaria. Las proporciones de la máscara y el cráneo son las mismas, así que se trata de un retrato fidedigno del gobernante en vida. Pakal portaba una diadema sobre la frente y orejeras compuestas, así como un complejo pectoral de cuentas tubulares o en forma de calabaza. En las manos se colocaron dos cuentas de jade en forma de esfera y cubo, así como anillos en cada dedo.
El color verde del jade sugiere una relación con el ciclo agrícola y la renovación anual de la naturaleza. Con su máscara de jade, Pakal se transformó en el joven Dios del Maíz, qué esperas su oportunidad de retornar como vegetación nueva al continuar el ciclo anual. Refuerza este significado la figurilla colocada abajo a la derecha, que representa el patrono del mes Pax, mencionado en las inscripciones como te', "árbol", aludiendo a Pakal como la semilla qué auguraba el ilustre porvenir del linaje gobernante.
Los textos y la arqueología sugieren que Pakal murió antes de la conclusión del Templo de las Inscripciones, tarea que recayó en su hijo mayor, Kam Balam II. Muchas inscripciones tardías se refieren a Pakal como "el señor de la pirámide", cosa que señala la construcción de este edificio como un hecho significativo para Palenque.
En lo más profundo de la pirámide del Templo de las Inscripciones, la cripta funeraria de Pakal continua asombrándonos. En la reproducción que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología e Historia, vemos detalles hoy perdidos, visibles cuando fue descubierta en 1952 por el doctor Alberto Ruz: el sudor y el calor corporal de millones de visitantes han deteriorado los relieves de estuco, por lo que ahora el acceso este monumento único en Mesoamérica está restringido.
El sarcófago y la tapa fueron hallados en un gran bloque de piedra; por su peso y tamaño se piensa qué fueron construidos antes que la pirámide. El relieve de la tapa muestra Pakal como un adulto vigoroso, cayendo en las causas de la Serpiente de Hueso Blanco, una de las entradas al Inframundo. Atrás, una cruz representa a las ceiba del centro del mundo. La copa alcanza los cielos, y sobre ella descansa Itzam Yeh, el ave celeste que acompaña al Dios Itzamnaaj.
La inscripción del borde de la tapa, da la fecha de muerte de ocho generaciones de gobernantes anteriores a Pakal, del 524 al 643 d.C., año en que su padre muere. La inscripción del frente refiere su nacimiento en 603 y su muerte en 683, y dice que fue hijo de Na Sak K'uk' (señora Quetzal blanco) y de K'an Mo' Hix (Precioso Jaguar Guacamaya). Los gobernantes precedentes, retratados en los lados del sarcófago, salen de una grieta en la tierra junto con un árbol, indicando su transformación en antepasados venerados y la regeneración constante de la vida.
Las figuras en estuco de los muros podrían ser los Nueve Señores de la Noche, deidades regentes del inframundo en el Popol vuh, o guerreros protectores del difunto; portan cetros con la imagen de K'awiil, deidad de la realeza y los gobernantes.