28/09/2025
1. Más disbiosis = más inflamación intestinal
Esa inflamación activa el eje del estrés (HPA)
El cuerpo responde liberando más cortisol
Con el tiempo se crea un círculo vicioso: disbiosis → inflamación → cortisol alto → más daño intestinal.
2. En la menopausia bajan los estrógenos
Esto cambia la microbiota intestinal (menos diversidad y más inflamación)
Resultado: sube la grasa abdominal y se hace más difícil bajar de peso.
3. Que la enfermedad cardiaca comienza en la microbiota? Te cuento :)
* Una microbiota desbalanceada produce toxinas (como LPS) que pasan a la sangre. Estas toxinas generan inflamación crónica y dañan los vasos sanguíneos.
Por encima la inflamación aumenta la resistencia a la insulina, el colesterol oxidado y la acumulación de placa en arterias.
4. Cuando la microbiota está en desbalance, el cuerpo procesa peor los carbohidratos y grasa y esto aumenta la resistencia a la insulina y favorece la acumulación de grasa, sobre todo abdominal. Es así como la grasa extra funciona como un “depósito” de toxinas y crea un ambiente ácido e inflamado que termina siendo el terreno ideal para que levaduras como la Candida crezcan más y se vuelvan persistentes.
5. Las hormonas femeninas no se deben tomar por vía oral ya que pasan primero por el hígado (efecto de primer paso) y esto aumenta el riesgo de coágulos, problemas hepáticos y efectos secundarios más fuertes. Es así como al metabolizarse en exceso, se pierde parte de la eficacia y se altera su acción natural.
Se recomiendan en forma transdérmica (parches, cremas, geles, óvulos vaginales) ya que Entran directo al torrente sanguíneo sin sobrecargar el hígado. De esta forma se mantienen niveles más estables, hay menos riesgo cardiovascular y menor inflamación.
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