09/07/2025
📸 Recap de un día maravilloso y lleno de gratitud.
Si algo me costó entender fue que sí soy la dueña de mi tiempo, y que tengo la completa libertad para elegir cómo vivirlo.
Ese día fue un regalo. Lo disfruté profundamente, aunque me dejó con la alergia más cabrona de la existencia (confirmando que no soy muy Barbie de campo jaja). Aun así, fue un recordatorio de cómo se empieza a sentir la vida cuando eliges conscientemente hacerte feliz, conectarte contigo, habitar tu cuerpo y tu rareza, hasta que la autoestima se eleva al cielo.
No es egocentrismo, es reconocer que la vida puede tener sentido, que puedo amarla, estar presente, que no es solo producir o hacer, sino también disfrutar un atardecer, respirar, divisar.
Antes era muy reactiva, todo me emputaba un poco. Eran señales de que mi cuerpo estaba atrapado en una vida que no lo encendía. Así que el trabajo fue ir hacia adentro, reencontrarme conmigo, disfrutar lo que me gusta sin tanta culpa, dejar de perderme en el hacer, y empezar a vivir más experiencias que me conectaran con lo que me mueve.
Y desde ahí, la claridad ha comenzado a llegar.
Todo empezó el día que me di el permiso de salir del personaje automático, de elegir diferente, y afrontar el miedo que eso conlleva. Caminar en la incertidumbre que al inicio da vértigo, pero que luego se convierte en certeza en el cuerpo.
Aunque no se vean los resultados al principio, algo en el cuerpo dice: Sí, es por aquí.
Estás creando desde adentro hacia afuera, hasta que eso que gestaste ve la luz. Y amo ver lo que este proceso ha creado en mí, y en quienes me han permitido acompañarlo.
✨ Sí es posible una vida en equilibrio. Solo necesitamos comprometernos con crear nuevos hábitos emocionales, mentales y energéticos, hasta que un día te das cuenta que ya no sueñas con ser tú… porque ya lo eres.