18/10/2025
Gracias, hijo, por seguir enseñándome cada día que donde el amor toca, nada permanece igual.
A mis 13 años era fanática de River Plate.
Pasaba todos los domingos en la cancha alentando a mi equipo.
Recuerdo que por ese entonces, mis amigos me gastaban y me decían: “¿Y si tenés un hijo de Boca, qué haces? Y yo, sin haber sido tocada aún por la fuerza arrolladora de la maternidad, respondía con tono altanero y convicción de púber : “Lo doy en adopción. ¡Yo no voy a tener un hijo bostero!” 🤣
Y en un abrir y cerrar de ojos, pasaron 30 años.
Y como la vida a veces se encarga de reírse de nuestros planes (no por capricho, sino por sabiduría) me regaló justamente eso: un hijo hincha fanático de Boca.
Y lo escribo... ¡y juro que no puedo parar de reírme!
Hoy mi hijo está cumpliendo uno de sus grandes sueños: ir por primera vez a la Bombonera a alentar a su equipo.
Y yo, que alguna vez dije que eso sería “imperdonable”, no puedo estar más feliz.
Y te cuento esta historia tan simple, cotidiana, y graciosa, para recordarte que el amor es una fuerza tan expansiva, que une lo que parecía estar dividido. Y que es capaz de desarmar prejuicios, suavizar orgullos, derretir barreras y cambiarlo todo a su paso.
Porque el amor no viene a exigir, ni a convencer.
Viene a abrir. A unir. A expandir.
Porque tal vez esa sea su verdadera fuerza:
integrar, abrazar, y enseñarnos que amar, de verdad, es permitirnos ser tocados en lo profundo, y descubrir que lo que creíamos separado… ya estaba unido.
¿Y a vos, en que área de tu vida el amor te cambió la forma de ver las cosas?
Lic. Noelia Elisabeth Viski 🧡
🌿Lic. En nutrición / Terapeuta ayurveda y holística 💫Coach holístico y Master reiki
📲 Info y turnos al 1127619061