10/08/2025
Los llamados “portales energéticos” del 8/8, 11/11 o cualquier fecha con números repetidos son un invento moderno sin fundamento en ninguna tradición ancestral, observación astronómica real o sistema numerológico serio.
No hay pruebas históricas de que estas fechas hayan tenido importancia ritual antes de la era digital. Son una moda del siglo XX, nacida en círculos new age y sostenida por repeticiones virales.
Creer que el 8/8 abre un umbral planetario implica pensar que existe un calendario válido para toda la humanidad. Esto es falso. El 8 de agosto solo existe en el calendario gregoriano. Este sistema es occidental y cristiano, y no guarda ninguna relación con la forma en que las culturas ancestrales medían el tiempo. En el calendario hebreo esa fecha no coincide. En el islámico ni siquiera estamos en el mismo año. En el chino el tiempo se mide por ciclos lunares. Ningún “portal” podría ser universal si cada pueblo cuenta el tiempo de manera distinta. La numerología pitagórica y la cabalística, que son las dos corrientes más antiguas y estructuradas, no otorgan poder automático a la repetición de cifras. El número tiene valor dentro de un sistema simbólico coherente, no por aparecer duplicado. El 8 puede representar equilibrio dinámico o ciclos, pero no “activa energías” solo porque se repita. Lo que hoy se difunde como “numerología” para estos portales es una versión superficial y distorsionada, alejada de cualquier marco serio. Incluso el argumento de vincular el 8/8 con la salida helíaca de Sirio es engañoso. Ese fenómeno astronómico no ocurre el mismo día en todo el planeta y solo tuvo significado en un contexto muy concreto, el antiguo Egipto, donde marcaba la crecida del Nilo. Fuera de ese marco geográfico y cultural, la fecha no tiene sentido ritual. En las tradiciones antiguas, lo que llamamos “momentos de umbral” no son portales automáticos que se abren por un número. Son estados liminales, pasos rituales que marcan un antes y un después. Pueden ocurrir en el cambio de estaciones, en un amanecer, al entrar en un espacio apartado o en un acto ceremonial. Lo que los convierte en sagrados no es el calendario, sino la intención, la preparación y el contexto cultural.
Seguir alimentando la idea de que una cifra repetida abre un portal cósmico es reducir lo sagrado a superstición. La verdadera transformación no se activa por mirar un reloj o una fecha, sino por atravesar conscientemente un proceso que cambia la forma en que habitamos el mundo. Lo demás es un espejismo cómodo de consumir pero incapaz de sostener la profundidad que el espíritu necesita.
Anam Bruane 🔥