26/12/2025
No soy de hacer este tipo de publicaciones pero hoy me dieron ganas de sentarme a escribir entre la vorágine de ir y venir visitando personas que fueron (y son) muy importantes.
Porque si, así es venir de visita al pueblo que me vio nacer y crecer. Venir implica estar de un lado a otro visitando gente, recibiendo a otras en casa y pasar de mate en mate, de comida en comida.
Y entre tantas cosas, también me dieron ganas de llevarle flores a mi abuelo y llevarla a Hele. Creo firmemente que ellos están con nosotros todo el tiempo, en otro plano, en otra línea de tiempo. Están, nos ven y nos acompañan pero nosotros (los terrenales) necesitamos aferrarnos a lo material, a lo concreto. Por eso me pareció “buena idea” llevarla a Helena a conocer donde su abuelo hoy, descansa en paz.
El abuelo Osvaldo, el cariñoso en silencio. El de pocas palabras pero abrazos fuertes. Cuánto te extraño.
Esta época de fiestas nos sensibiliza mucho más a todos, tal vez es buen momento para recordar frenar un poco para poner el foco en lo verdaderamente importante. Los afectos, las personas, los abrazos.
En mi familia no somos tanto de decirnos expresamente las cosas. Con el tiempo (y mucha terapia jaja) fui aprendiendo a ser más expresiva, a demostrar lo que siento. A no quedarme callada. A veces sale un poco más fácil a veces no tanto… pero acá estamos, todo es aprendizaje 💫
Esta es una invitación a que uds también puedan frenar para conectar con lo importante. Seamos amables, no sabemos qué batallas está pasando el resto de las personas ❤️