22/11/2025
Treelan, el software que revolucionó la oftalmología argentina, continúa innovando con inteligencia artificial
En 2008, un grupo de oftalmólogos en busca de una herramienta ágil, accesible y específica para su especialidad encontró una solución a medida de la mano de Ariel Rizzi, el fundador y CEO de la compañía. Así nació Treelan, un sistema de gestión clínica pensado para simplificar el trabajo de los profesionales de la salud visual. Hoy, más de 15 años después, Treelan es el sistema líder en oftalmología en Argentina y ya avanza hacia nuevos mercados de Sudamérica, con la inteligencia artificial como nuevo horizonte.
“Treelan es un juego de palabras que representa un Tree (árbol) LAN (en la red). Es la historia clínica como un árbol que se ramifica con el tiempo, sobre una red informática”, explicó Ariel Rizzi. La idea fue pionera en su momento: “En 2007 no existía ningún sistema de historia clínica orientado a la web. Este sistema permitía a los profesionales acceder a la historia clínica desde cualquier parte del mundo, incluso desde su teléfono”.
Desde sus inicios, el sistema ofrecía funciones básicas como agendas de admisión y una historia clínica simple pero funcional. Esa primera versión, diseñada específicamente para oftalmólogos, se volvió rápidamente popular gracias a su facilidad de uso. “Fue muy cómodo para los médicos desde el principio, por eso se fue vendiendo boca a boca, con muy poca publicidad”, contó Ariel Rizzi.
Actualmente, Treelan es un sistema de gestión completa para clínicas y consultorios oftalmológicos que ofrece módulos de gestión administrativa y gestiones automatizadas tanto para profesionales de la salud como para sus pacientes con un amplio espectro de módulos. De esta manera, la empresa fue incorporando funcionalidades como turnos online, receta electrónica, gestión administrativa, chatbot y especialización en formularios específicos como refracción, autorefractometría (que se carga automáticamente desde los equipos), cálculo de presión ocular, entre otros. “Tiene todas las herramientas para un centro oftalmológico, desde turnos hasta facturación”, señaló el fundador de la empresa y resaltó: “Por eso es integral, ya que cierra todo el circuito de lo que es una clínica”.
Una de las claves del crecimiento de Treelan fue su robustez tecnológica. “Es un sistema ágil, no tiene bugs, no se cuelga, y nuestro soporte técnico siempre responde”, sostuvo Ariel Rizzi. A esto se suma su carácter multiplataforma ya que puede utilizarse desde cualquier dispositivo con acceso a internet.
La empresa no solo está presente en clínicas y consultorios oftalmológicos de la Argentina, sino que también se encuentra en Uruguay, Paraguay y Ecuador. Además, están trabajando en la traducción completa al portugués para desembarcar en Brasil, aunque el objetivo final va más allá: “Tranquilamente podría estar en cualquier país del mundo”, aseguró Ariel Rizzi.
El futuro inmediato del sistema apunta a la integración de inteligencia artificial (IA), tanto para médicos como para pacientes. “Estamos desarrollando una nueva versión del sistema con inteligencia artificial”, explicó Ariel Rizzi y ejemplificó: “Si un paciente tiene diabetes y el médico prescribe cierta medicación, el sistema puede advertirle que esa droga está contraindicada. No va a tomar decisiones, pero sí será una guía para el profesional”.
El siguiente paso, ya en etapa de implementación, es un chatbot con IA para la gestión de turnos. “El paciente va a poder hablar con la inteligencia artificial y pedir, por ejemplo, el primer turno disponible o uno con un médico específico en determinada fecha. La IA va a consultar la agenda en Treelan y responder en tiempo real”, describió el CEO de la compañía.
Treelan no es solo un software; es una historia de evolución tecnológica constante, basada en necesidades reales del sector de la oftalmología. Un sistema que nació en una clínica, creció con el feedback de los propios profesionales y hoy apunta a convertirse en un estándar internacional. “Todo el tiempo estoy pensando en cosas nuevas, en innovar”, concluyó Ariel Rizzi.