17/11/2025
Nacer Más Allá de la Cicatriz
El último encuentro de casuística del ciclo 2025, ofreció una profunda inmersión en la complejidad del sufrimiento femenino en la histeria, centrándose en un caso presentado por la Coordinadora del espacio, nuestra querida Alicia Jimena y con el lujo de ser comentado por la directora de la institución, Adriana Casaretto. El encuentro configuró un diálogo esencial sobre el goce, el deseo y la impronta del Otro primordial en la subjetividad.
La presentación clínica se inicia situando el caso bajo el lente del malentendido, ese punto de real irreductible que une y separa. La paciente, una mujer adulta que consulta por la relación conflictiva con su madre, evidencia una vida estructurada en la repetición fallida de la separación. La relación con la figura materna, marcada por mandatos insoportables e insensatos, se sostenía en un goce de la complacencia, la queja y el reproche mutuo.
El material revela la marca corporal y subjetiva que cifra la llegada de la mujer al mundo. La frase materna, referida a su nacimiento como una "herida" abierta por la hija, inscribe el origen bajo el signo de la culpa y la intrusión. Esta marca se entrelaza con el fantasma de una pérdida previa que, según el comentario de Adriana, estructura un mito familiar. La paciente nace con la "misión imposible de reparar" y queda atrapada en el lugar de un reemplazo imposible. La inconsistencia entre la inteligencia de la niña y las infinitas expectativas frustradas de la madre alimentaron un Superyó voraz, dejando a la mujer en una posición de sufrimiento: ser "la peor" en sus roles y lazos.
La puntuación teórica se orientó en torno al eje goce-deseo-cuerpo, destacando los efectos del análisis que "dura" y permite un cambio de posición del sujeto. Un momento crucial en el tratamiento se produce con la intervención de la analista sobre la figura paterna. Ante la pregunta por el padre, la paciente suelta una carcajada y nombra: "Intocable".
Este significante irrumpe en la sesión desorganizando la narrativa de un padre amoroso, pero funcionalmente ausente. Su emergencia trae consigo efectos en el cuerpo inmediatos: angustia, náuseas y vómitos, indicios de la emergencia de un goce incestuoso no suficientemente reprimido. La analista precisa que este punto tuvo dos tiempos: una disrupción inicial ligada al goce, y una vuelta más actual donde la paciente puede elaborar el duelo por la caída de este padre, un hombre que no pudo o no quiso poner límite ante la exposición de su hija adolescente.
Otro punto de inflexión fue el descubrimiento de una infidelidad por parte de la madre en la adolescencia de la paciente. Este evento quiebra la imagen idealizada e introduce el asco y el desenfreno en la propia experiencia sexual de la mujer. La paciente repite esta escena en su adultez (un encuentro sexual extramatrimonial seguido de un embarazo inmediato), encarnando el lugar repudiado de la figura materna; se introduce la pregunta crucial: este embarazo, ¿tuvo el estatuto de un deseo o de un acting out?
El análisis revela cómo el cuerpo de la paciente era la caja de resonancia de las marcas maternas, siendo vivido como "traición", "torpe" e "inútil". Sin embargo, el trabajo analítico logra introducir una separación.
La analista interviene nombrando el circuito de repetición y retoma la cuestión de la hija anterior. La paciente, por primera vez, habla de su miedo a ser "mirada por un fantasma" y su angustia de ser un "reemplazo" destinado a taponar el vacío.
La intervención final de la analista opera como un nuevo nombramiento, un corte en la repetición. Allí donde el nacimiento era herida, la elección de su práctica profesional (vinculada al nacimiento y al cuidado del cuerpo femenino) se lee como una solución singular, una tramitación simbólica del goce materno. Ya no es "la que rompe" mortificante, sino la que acompaña el "romper para nacer", logrando un goce propio más ligado al deseo, más allá del mandato del Otro.
El ciclo concluyó magistralmente, demostrando cómo el trabajo analítico permite al sujeto responsabilizarse de su goce, inscribiendo una diferencia crucial entre ser causa de la herida del Otro y hacer del acto de nacer una invención de la propia subjetividad.
Los esperamos el año próximo!
Ceci Ruiz