25/08/2016
¿Qué define la 'normalidad' de ciertas conductas o -más aún- elecciones vitales que antes (años, décadas) se las consideraba dentro de la 'anormalidad' no solo por el común de las personas sino también por profesionales de la salud mental?
La discusión no se centra en la aprobación de pequeños grupos, sino en la práctica de determinadas conductas o elecciones dentro de una personalidad no patológica, destructiva, aislada o anti social.
La personalidad se construye nutriéndose de las propuestas de identificación y valores que le brinda la sociedad en la que se constituye. Hasta las personalidades más 'raras' no escapan a esta regla: son rarezas por oposición a lo esperado y bajo el juicio de una determinada sociedad, en un determinado contexto de la historia y de la cultura que predomina.
Esto nos deja ver que cada gran grupo social designa qué deseos pueden tener vía libre y cuáles deben reprimirse.
Y en tanto no haya cambios sustanciales, la realización de lo prohibido lleva, de mínima, al castigo social.
Claramente no estamos hablando de delitos relacionados con el daño a otras personas, sino con propias elecciones de vida.
La personalidad tiene estructuras rígidas pero contenidos permeables a las propuestas que recibe del mundo en el que nace y crece. En tanto las mismas personalidades que conforman a una sociedad van cambiando, llevan el germen del cambio a mediano y largo plazo a las futuras personalidades por venir.
Así se gesta la influencia que va abriendo caminos por el ejercicio natural de la cultura. Así se forman los cambios y transformaciones que nos llevan a crisis y resoluciones. A sufrimientos y readaptaciones.
Nadie tiene el poder de cambiar el mundo pero todos lo tenemos.
Y el cambio es ahora.