16/03/2025
En defensa de nuestros padres, abuelos, bisabuelos ... podemos tomar consciencia de lo siguiente :
Las vidas y las infancias de nuestros ancestros probablemente han sido más duras que las nuestras. Ellos han experimentado dolores, desarraigos, enfermedades, ausencias, muertes ... sin disponer de los espacios de reflexión y de abordaje que nosotros hoy sí disponemos.
No han contado con psicólogos o terapeutas que los contengan, guíen o ayuden a comprender lo vivido.
No pudieron entonces integrar una vivencia, un trauma, perdonarse, comprender...
Vivieron con sus angustias y sus culpas, fueron criados y criaron con amor (o desamor) , esperanzas, desesperanzas, miedos ...
Se apoyaron en los deberes aprendidos, en los roles observados, probablemente impulsados por el cumplir, el trabajo y el seguir adelante o sobrevivir ...
Ellos no se han podido beneficiar de los espacios que nosotros hoy podemos tomar, de los permisos que nos habilitamos para disfrutar, elegir en libertad, conectarnos con nuestras emociones, con nuestro poder personal. Y sí..., llevamos mandatos y angustias heredadas y muy habitualmente cargamos con la lealtad a hacerlo como ellos lo hicieron ... (así como también heredamos sus fortalezas y resiliencia).
Entonces, trabajemos en la mirada amorosa y benévola. Dejemos de juzgar. Sanemos lo que nos toca con Gratitud. Honremoslos haciendo algo bello con nuestra vida. Creciendo. Amando. Asumiendo lo propio con valentía y responsabilidad adulta.