24/11/2025
En tiempos donde “existir” parece depender de aparecer en redes, muchas personas empiezan a medir el amor según la cantidad de fotos, historias o posteos que su pareja comparte.
Pero… ¿qué nos pasa ahí?
¿Qué herida se activa cuando necesitamos que el mundo vea lo que vivimos en privado?
La validación externa puede sentirse como un abrazo rápido: alivia, pero no sostiene.
Las redes dan visibilidad, no intimidad.
Publicar no es lo mismo que vincular, y entonces el amor se vuelve una "prueba pública"
A veces pedimos una foto, pero lo que realmente necesitamos es presencia.
Pedimos un posteo, pero lo que duele es la inseguridad.
Queremos que nos etiqueten, pero lo que buscamos es pertenencia.
La pregunta de fondo no es:
“¿Por qué no subís algo conmigo?”
sino
“¿Qué necesito yo para sentirme elegida, vista, importante… y por qué?”
Porque cuando la relación está construida, la validación más importante no viene de Instagram.
Viene del trato diario, del cuidado mutuo, de la coherencia, de lo que no se publica pero se sostiene.
Tal vez la invitación es esta:
menos prueba hacia afuera, más trabajo hacia adentro.
Porque lo que construís en privado, es lo que realmente sostiene el vínculo.
✍️Bel