06/10/2025
Incienso en India, sahumo en América.
Con distintas plantas y resinas propias de cada continente, ambos métodos trabajan con la medicina del aroma para crear estados internos de bienestar, concentración y purificación.
A través del elemento fuego, se abre un portal que transmuta la materia en humo y cenizas: una energía sutil que tiene la inteligencia de adentrarse en los mundos visibles e invisibles, llegando a todas partes para purificar, proteger y enviar mensajes a nuestros ancestros, guías y maestros ascendidos.
El aroma es una forma de decirles que sabemos que están entre nosotres, aunque no podamos verles, y que les agradecemos. Pero también es una manera de tocar nuestros propios mundos internos: intangibles al tacto, pero tangibles a través del olfato y la respiración.
Despertar el sentido del olfato es despertar la intuición —la famosa percepción, el “tercer ojo”, la visión o Ajna—.
Por eso, se realiza antes de cualquier práctica en la que llamamos a nuestra observadora interna, a nuestro espíritu, alma o parte más profunda de la conciencia. Tal como sucede en el Yoga, en las ceremonias o en los rituales cotidianos, cuando necesitamos habitar la belleza de la presencia y la expansión de nuestro ser.
Por:
Mandarina al Sol & Marian Multiverso