27/06/2019
Límites y relaciones
Límites y relaciones
Su esposa está enojada y usted se pregunta qué hizo mal... Sus hijos se pelean dentro de su automóvil y usted los culpa porque acaba de cruzar un semáforo en rojo.... Alguien le critica y usted siente que le arruinaron el día... Sus padres le esperan a cenar dos veces a la semana y usted siente que no tiene más opción que ir... ¿Le suena familiar?
Todas estas cuestiones son problemas de límites. Lo que nos lleva a preguntarle: ¿dónde termina usted y comienzan los demás? ¿Usted cree que los demás son responsables por aquello que siente y por la manera en que actúa y viceversa? ¿Alguna vez dice: "...si tan sólo mi esposa fuese diferente no tendría ningún problema? (lo mismo vale para la madre, el jefe, un hijo, etc...) ¿Quién es responsable de su felicidad? ¿Cuál es su participación en todo esto?
La mala noticia es que usted es responsable. Pero también es la buena... porque si usted es quien crea su propia experiencia, también es quien tiene el poder para hacer algo con ella. Entonces... ¿cómo puede identificar y cumplir con sus límites?
- Primero, ante situaciones difíciles, pregúntese. ¿Qué siento, pienso, quiero y estoy dispuesto a hacer? Sus respuestas le encaminarán hacia aquello que usted necesita hacer luego. Por ejemplo, si siente enojo, el truco está en usar ese enojo como un "sensor" de que usted necesita algo. Descubra qué le hace falta... y pídalo o búsquelo. Recuerde, es más fácil culpar y acusar a los demás que buscar dentro suyo. Ser conscientes de nuestro interior es una tarea difícil y corajuda.
- Hable utilizando el "Yo". Sea propietario de sus sentimientos, pensamientos, deseos y necesidades. Otro tipo de lenguaje tiende a poner a la otra parte a la defensiva. Por ejemplo, si alguien llega una hora más tarde, compare estas dos frases: "Quiero que me llames, si es que tienes más de quince minutos de retraso" versus "Eres irresponsable y desconsiderado". Es más probable que esta última frase genere una respuesta violenta, en lugar de motivar la puntualidad.
- Apéguese a los hechos. Resista el impulso de interpretar la conducta del otro. En situaciones estresantes, es fácil atribuir el peor de los motivos a la persona con quien se está en conflicto. Como usted no posee la habilidad de leer la mente (al menos eso creo), interpretar el comportamiento de los demás y reaccionar en base a sus presunciones puede complicar aún más las cosas.
- Escuche los sentimientos, necesidades e ideas de los otros y comprenda que ellos defienden sus opiniones tanto como usted las suyas. Si usted desea sentirse bien dentro suyo, no debería sentirse amenazado por los pensamientos, sentimientos y deseos de los demás; incluso cuando son muy diferentes de los suyos.
- Aprenda a atesorar -en lugar de temer- las diferencias, porque ellas son algo inevitable de toda relación. Las diferencias no tienen por qué terminar siendo "conflictos sin resolver" y pueden hacer la relación más rica e interesante.
- Conózcase, acéptese y quiérase. Así, cuando reciba cualquier tipo de crítica -positiva o negativa- usted se mantendrá en pie, porque su auto-estima no depende de la aprobación de los demás.
- Respete sus propios límites. No diga "Si" cuando quiere decir "No". Si alguien le hace una pregunta fuera de lugar, le ofrece un consejo no solicitado, o se comporta de una manera "invasora", ofrézcale una respuesta del tipo: "es mi decisión personal" o "esto es algo entre mi esposa y yo", como una manera de indicar -cortésmente- que no se puede ir más allá.
- Revise las creencias limitantes que pudiera tener. ¿Usted cree que alguien que se preocupa por los demás nunca hace nada que moleste o hiera a otra persona? ¿O piensa que no debería hacer eso que le hace feliz porque a alguien le molesta? ¿Cree que responsabilizarse por su propia felicidad es egoísmo? Cuanta menos responsabilidad usted asuma por su propia felicidad, más responsabilidad asume por los sentimientos de los demás y más borrosos se vuelven los límites.
Si es necesario, busque consejo profesional. Las familias con casos de abuso emocional o sexual, alcoholismo u otro tipo de disfunciones, son caracterizadas por límites muy borrosos entre sus miembros. Por ejemplo, los niños pueden cuidar de sus padres, la mujer puede culparse por el alcoholismo de su esposo, etc... Si este es, o fue su caso, comportarse como un individuo autónomo y con límites bien claros puede ser muy difícil. Un profesional podría ayudarle a definir sus propias necesidades, deseos, valores y a reconocer sus opciones. A pesar de que no pueda cambiar a otros miembros de la familia, puede cambiar usted y hacer esa relación más satisfactoria.
Recuerde: usted no es ni su padre, ni su pareja, ni otra persona que signifique (o haya significado) mucho en su vida. Ellas son personas bien diferenciadas de usted. Sus propios pensamientos, sentimientos, deseos y necesidades no necesariamente tienen que ser las de ellas. No presuma conocer todo acerca de las personas cercanas a usted, sólo porque las conoce desde hace mucho tiempo... reflexione siempre acerca de ellas y pregúnteles. Es una excelente manera de vivir... relaciones más plenas.